Las obras que se llevan a cabo en el distrito del Eixample de Barcelona con el objetivo de convertir cuatro calles -Consell de Cent, Girona, Rocafort y Comte Borrell- en nuevos Eixos Verds siguiendo el modelo Superilla han supuesto una transformación rápida de estas vías en las cuales se han eliminado las intervenciones de urbanismo táctico y han hecho desaparecer los bloques de hormigón. Pero lo que parecía que era un retorno puntual al estado de las calles en la etapa previa a la pandemia ha ido más allá, y a medida que se ha profundizado en las obras, han aflorado restos antiguos, como los tradicionales adoquines así como raíles de las viejas líneas de tranvía.

Antiguas vías del tranvía en la calle Girona, afloradas por las obras / Montse Giralt

En la calle Girona, que curiosamente será el límite provisional de la prolongación del tranvía moderno que actualmente está en obras entre Glòries y Verdaguer, las obras han permitido recordar cómo eran buena parte de las calles del Eixample hace unas décadas. En el marco de los trabajos que se llevan a cabo han aparecido tramos que conservan las vías del tranvía, un medio de transporte que pasó de ser el más importante de la ciudad hasta los años sesenta del siglo pasado para desaparecer justo una década más tarde. Pero lo que demuestran los vestigios es que el medio de transporte fue eliminado, pero las vías se quedaron donde estaban.

'Bajo el asfalto hay los adoquines'

De hecho, no es un hecho extraño que hayan aflorado las vías y los adoquines, porque en la mayoría de casos los raíles no fueron retirados y cuando se empezaron a asfaltar las calles tampoco se suprimieron los adoquines. Simplemente, se alquitranó encima, de manera que en muchas calles de Barcelona se cumple aquella derivada del célebre lema de mayo del 68. Es decir, si en París se decía que 'bajo los adoquines está la playa', en Barcelona bien se puede decir: 'Bajo el asfalto hay los adoquines', y también con un sentido revolucionario, visto el habitual uso de ellos que han hecho los barceloneses a través de la historia para levantar barricadas.

Los adoquines previos al asfaltado han vuelto a salir a la luz en la calle Girona / Montse Giralt

En todo caso, desde el pasado 16 de agosto que se llevan a cabo las obras de la Superilla del Eixample, con afectaciones al tráfico, ya que sólo ha quedado un vial para el tráfico y se han suprimido los carriles bici. Además, la nueva configuración general de la movilidad implica que los vehículos no podrán hacer dos tramos seguidos por los nuevos ejes verdes y tendrán que girar a cada isla. Es decir, el acceso a un eje verde desde una calle transversal implica la salida por la siguiente calle transversal. Está previsto que las obras finalicen durante el primer trimestre del 2023. Al fin de las obras habrá también cuatro nuevas plazas, situadas en los cruces de la calle Consell de Cent con Girona, Rocafort, Comte Borrell y Enric Granados.