La Plataforma Defensem Can Raventós, entidad vecinal de Sarrià que se constituyó para frenar un proyecto de construcción de pisos de lujo en la finca del mismo nombre y reclamar la conversión del espacio en un refugio climático, canta victoria una vez el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha dictado sentencia tumbando el plan urbanístico del Ayuntamiento de Barcelona que permitía la construcción de una promoción inmobiliaria de viviendas de lujo. La sentencia, contra la cual pueden presentar recurso el mismo consistorio y Corpedificacions SL -constructora de los pisos previstos- ha sido recibida como una "victoria rotunda y definitiva" por parte de los activistas vecinales.

El conflicto por el futuro de Can Raventós se remonta a 2018, cuando se empezó a articular la lucha para salvar la finca, que contiene una masía protegida y una exuberante zona arbolada, buena parte del cual desapareció en octubre del 2023 cuando se talaron los árboles para preparar el terreno a una promoción inmobiliaria que preveía la construcción de una cincuentena de pisos de lujo en un edificio nuevo así como aprovechar la masía, que no puede ser derribada, para hacer también pisos. Aunque las obras no han avanzado más allá de la tala de los árboles, los vecinos no han bajado a la guardia en su reclamación de conservar el espacio como pulmón verde del barrio y han puesto en marcha campañas con la colaboración de caras conocidas del barrio.

 

Tanto es así que a raíz de la aprobación, por parte del plenario municipal de septiembre del 2020, del Plan Especial Integral y de Mejora Urbana (PEIMU) que permitía la edificación del nuevo bloque en esta parcela que da a las calles Bonaplata 44-52 y Fontcoberta 16-24, la plataforma vecinal, por medio de la Associació de Veïns de Sarrià, presentó un recurso contencioso-administrativo del cual ahora se ha conocido la sentencia, que anula el acuerdo del plenario que aprobaba el PEIMU porque concluye que "el Plan especial objeto de recurso no ha respetado el límite de los 10 m de anchura en torno a la casa Raventós que establece la normativa urbanística de aplicación y no se ha ajustado a su finalidad que no es otra que la de revalorizar la casa Raventós, protegida y el jardín que lo rodea". Además, impone a la parte demandada -Ayuntamiento y constructora- a pagar las costas procesales hasta un máximo de 3.000 euros.

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Las obras preliminares en Can Raventós supusieron la tala de árboles / Foto: Jordi Palmer

En rueda de prensa, las portavoces de la plataforma Defensem Can Raventós Montserrat Busto y Natàlia Botinas han mostrado su satisfacción por la sentencia y han apuntado que el TSJC "condena a costas al Ayuntamiento de Barcelona por saltarse su propia normativa", en concreto las protecciones fijadas por el Catálogo de Patrimonio Historicoartístico de la ciudad de Barcelona y el Plan Especial de Protección del Patrimonio Arquitectónico y Catálogo del Distrito de Sarrià-Sant Gervasi, "que obliga a dejar los 10 metros de distancia en torno a la casa". De hecho, para las vecinas, esta sentencia hace "inviable" la construcción, incluso con algún otro tipo de plan que respetara este perímetro de 10 metros, ya que supondría para la constructora tramitar un nuevo plan con el ayuntamiento que se podría alargar varios años. "Sería a largo plazo que podrían construir y no les saldría a cuenta", aseguran las vecinas.

Instan al Ayuntamiento a no presentar recurso

Por eso mismo, Botinas ha reclamado al gobierno municipal que "acepte la sentencia y no destine ni un euro a presentar ningún recurso", porque la decisión del TSJC es "obvia, clara y definitiva", y que busque con la constructora "soluciones para trasladar la edificabilidad del solar en otro lugar donde no destroce patrimonio". De hecho, Defensem Can Raventós siempre ha incluido en sus objetivos que el consistorio permute la finca, de manera que Can Raventós pase a titularidad pública con la intención de "recalificarla como zona verde de la ciudad" y el jardín se convierta en "refugio climático de Sarrià" y la masía en equipamiento "para entidades del barrio".

Ahora bien, la sentencia puede ser objeto de recurso y, en todo caso, la finca sigue siendo de titularidad privada, de manera que nada garantiza que en el futuro el jardín se abra al público. En este sentido, Defensem Can Raventós quiere retomar conversaciones con el Ayuntamiento para poder encauzar el futuro de la parcela. De momento, sin embargo, los vecinos se dan por satisfechos con lo que consideran "un gran triunfo" y ya anuncian para la próxima semana, todavía sin día concreto, una gran fiesta: "Celebraremos la victoria con el barrio".