Los vigilantes de los parquímetros de las zonas azul y verde de Barcelona están convocados a hacer huelga todos los fines de semana de este año 2022 a partir de este mismo sábado, 19 de marzo, con el objetivo de exigir a la empresa municipal Barcelona de Servicios Municipales (BSM) que se abra a negociar las condiciones laborales y económicas de los trabajadores de la unidad operativa ÁREA de estacionamiento regulado, unas 170 personas que se dedican a la vigilancia, a pie, del correcto uso de las zonas -oficialmente denominadas áreas- azul, verde y de residentes en la ciudad de Barcelona, una tarea que les comporta a menudo problemas de seguridad y enfrentamientos con los usuarios.
Precisamente, entre las demandas que ha presentado el Comité de Empresa por medio de un comunicado para razonar la necesidad de la huelga hay aspectos como "falta de empatía del Ayuntamiento de Barcelona y de la Dirección General de BSM hacia sus propias personas trabajadoras", que son precisamente los "encargados de dar la cara día a día ante los ciudadanos y ciudadanas de Barcelona" y recuerdan que el sistema de trabajo "no funciona correctamente" y crea inseguridades tanto a trabajadores como a usuarios -que a menudo no tienen la certeza de haber pagado correctamente-, razón por la cual apuntan que los vigilantes tienen que aguantar "los reproches y molestias de los usuarios".
Problemas de seguridad a pie de calle
De hecho, entre las exigencias de los trabajadores figura el establecimiento de un "protocolo de seguridad para zonas nuevas, en previsión de garantizar la seguridad de la plantilla", ya que regular el estacionamiento en nuevas zonas comporta que los vigilantes van a estas áreas, "con una total incertidumbre e inseguridad que revierten en el servicio y en nuestra vida personal". Tanto es así que la seguridad es uno de los problemas principales con que se encuentran los trabajadores de la unidad ÁREA, los que van a pie, que a menudo se ven inmersos con enfrentamientos con usuarios, a menudo disconformes con las sanciones aplicadas.
"En el día a día hay de todo: insultos, amenazas, gritos, subidas de tono, molestia e incluso golpes o cualquier otro tipo de agresión", relata, en conversación con elNacional.cat, el portavoz y presidente del comité de empresa BSM, David Martínez, que lamenta que cada vez hay más zonas de aparcamiento regulado y menos trabajadores. "En nuestra unidad éramos alrededor de 250 trabajadores y ahora somos unos 170, no somos suficiente gente y hace muchos años que no se contrata a nadie". Según Martínez, la raíz del problema se encuentra en la decisión de BSM de "desmembrar el departamento", al crear unidades que se desplazan en coche y moto, más dedicadas al control de las zonas de carga y descarga, que comportan que "toda la presión" caiga sobre los vigilantes a pie.
La diana de todas las quejas
"Las otras unidades son motoristas o van en coche", apunta Martínez, para recordar que los que van a pie son la diana de todas las quejas: "Indiscutiblemente, ante cualquier tipo de problema, te ven a ti, que vas a pie, y cualquier problema o frustración la vuelcan en ti", lo cual genera problemas e incertidumbre, "también en la vida personal". "Para nosotros todo es más complicado", añade, y por eso considera que se les suma un "problema de seguridad" que cada vez es mayor a causa de la intención del ayuntamiento de extender las zonas de aparcamiento regulado a toda la ciudad. "El mismo conflicto verbal ya es un problema según quien te increpe", añade.
Asimismo, el representante de los trabajadores apunta que la extensión en nuevas zonas del ámbito del Besòs y la Zona Franca les está generando nuevos problemas y nuevas inseguridades. "Cuando se abren nuevas zonas, que pueden ser problemáticas, nos podemos encontrar con problemas gordos, porque no hay protocolos de seguridad," y por eso pide que la empresa se siente a tratar esta problemática con los trabajadores, con posibles soluciones como requerir la presencia de la Guàrdia Urbana o hacer la vigilancia en parejas, ya que en general acostumbran a hacer sus rondas en solitario. "Siempre tenemos que garantizar la seguridad de los trabajadores", apunta a Martínez, porque es "un día a día que se te atraganta".
La huelga no exime de pagar
La huelga tendrá lugar todos los fines de semana hasta que la empresa se siente a negociar y, de momento, no están previstas más actuaciones reivindicativas. Con respecto a los domingos, la única zona de pago es la Barceloneta, pero los sábados hay muchas otras zonas de pago en el resto de la ciudad. En este sentido, el representante de los trabajadores recuerda que la huelga es para defender los derechos laborales de los trabajadores, pero no implica que no haya vigilancia ni exime en ningún caso al usuario de pagar para aparcar. Y recuerda, además, que están las otras dos unidades de vigilantes motorizados que seguirán haciendo su servicio.