El Taller Masriera, el singular edificio situado en la calle Bailèn, 70, de Barcelona, entre Consell de Cent y Diputació, llama la atención por fuera, con su planta de templo grecorromano, pero todavía es más interesante en el interior, donde hay un teatro de más de 300 localidades, además de varias salas de trabajo y una sorprendente capilla. Durante muchos años fue un edificio misterioso y cerrado en sí mismo aunque fue concebido como taller artístico de pintura, escultura y orfebrería. Desde que en el verano del 2020 fue adquirido por el Ayuntamiento de Barcelona, el inmueble ya no es tan opaco, y se ha podido visitar en varias ocasiones, entre las cuales el circuito de arquitectura Open House.
Ahora, según ha informado el distrito del Eixample, la ciudadanía volverá a tener la posibilidad de visitar el edificio por dentro, una vez se vuelven a ofrecer visitas guiadas gratuitas de carácter histórico y arquitectónico. La nueva temporada de visitas empezará el 12 de febrero e incrementa el número de días con respecto al año pasado: 12 y 19 de febrero, 12 y 26 de marzo, 9 de abril, 7 y 21 de mayo, 11 de junio, 9 de julio, 6 de agosto, 10 y 17 de septiembre, 8 y 29 de octubre, 12 y 26 de noviembre y 10 de diciembre. Se programarán tres visitas de unos 50 minutos que empezarán a las 10.30 h, 11.30 h y 12.30 h y con grupos de un máximo de 15 personas, que irán a cargo de personal especializado en la gestión de acontecimientos culturales y con conocimientos históricos y arquitectónicos.
Visita más completa que la del Open House
La visita se iniciará en el patio previo, en las escaleras principales de acceso, y continuará por el vestíbulo para dar acceso al patio de butacas del teatro. Este es el espacio más adecuado para dar explicaciones a grupos grandes en el interior del edificio, ya que se trata de una superficie amplia y con buena acústica. A continuación se visitará la sala de billar y trabajo y se pasará en la capilla de la planta baja. De aquí se podrá subir a la planta primera -un espacio no incluido en la visita del circuito Open House-, donde se visitarán las habitaciones. El último tramo de la visita pasa por el patio de atrás de planta primera, el anfiteatro y las escaleras que bajan al vestíbulo.
Las reservas se tienen que hacer a través de la plataforma Eventbrite, hecho que garantizará el control de aforos y la gestión de las listas de asistentes y se abrirán pocos días antes para evitar que las reservas se hagan con meses de antelación y los días señalados no se llenen los grupos. Así, el edificio recuperará un uso vecinal a la espera de que se decida su destino definitivo. El Taller Masriera fue adquirido por el consistorio a través de una permuta, un intercambio con el cual la Fundación Pere Relats adquirió la finca municipal situada en la calle de la Llacuna, 26. Vecinos y el tejido cultural del barrio reclamaron largamente la ampliación de la red de equipamientos públicos de proximidad al distrito del Eixample, con el foco puesto en el Taller Masriera.
Un edificio de estilo neoclasicista
El Taller Masriera fue construido en el año 1882 a partir de un proyecto del arquitecto Josep Vilaseca i Casanovas -autor del Arc del Triomf y la Casa dels Paraigües de la Rambla-, por encargo de los hermanos Masriera, en un momento de plena expansión del Eixample. Su fachada, de estilo neoclásico y con columnas rematadas con capiteles corintios, conforma la entrada a un improbable templo grecorromano, aunque el objetivo inicial del inmueble era funcionar como taller de pintura, escultura y orfebrería. De hecho, este uso artístico es el que justificó el diseño de la fachada principal, con la intención de convertirse en un templo de arte, es decir, un centro artístico. Consta de planta baja, dos plantas de piso y planta sótano, con una superficie de suelo de 1.356 m² y una superficie construida de 1.861 m².
En los años veinte del siglo pasado es cuando se incorpora el teatro, con trescientas localidades, donde bajo el nombre de sala Studium actuaba la compañía Els Belluguets, además de acoger estrenos de otras compañías. Después del paréntesis de la Guerra Civil, se reanuda la actividad teatral al convertirse en la sede de la sociedad teatral Club Helena, que incorporó también sesiones de cine. En los años cincuenta es cuando empieza la época de oscuridad, cuando el inmueble pasa a manos de la entidad católica Centro Social de Actividades Culturales y Religiosas y se instala una comunidad de religiosas de la Compañía del Sagrado Corazón, que mantiene el edificio cerrado al público y sin muchas conexiones con el exterior, aunque durante un tiempo funcionaba como a punto de recogida de ropa de segunda mano. Desde el año 2009, el inmueble era propiedad de la Fundación Privada Pere Relats hasta que en el 2020 pasó a manos del ayuntamiento.