Con la llegada del verano, debemos tener en cuenta algunos puntos clave para que la exposición al sol no nos cause problemas de salud ni molestias propias de las quemaduras. Los expertos coinciden en la importancia de seguir unas pautas básicas como las siguientes para así escoger y utilizar de forma adecuada el protector solar:

  • 1. La elección de un protector solar correcto es el primer paso para cuidar la piel y prevenir la aparición de enfermedades. El filtro solar es un elemento imprescindible que debe aplicarse sobre la piel los 365 días del año, incluso cuando el cielo está tapado o cuando llueve.
  • 2. Un buen filtro solar no solo debe proteger de los rayos UVB (responsables de los daños inmediatos sobre la piel, como las quemaduras), sino también debe proteger de los rayos UVA (que producen daños en el ADN de la piel, las células, los vasos y los tejidos).
Protección Solar
  • 3. Se recomienda escoger filtros físicos o minerales, no químicos e inorgánicos, que reboten los rayos UV antes de que sean absorbidos por la piel. Este tipo de filtros se conocen como sunblock o pantalla solar.
  • 4. Evitar los filtros solares que contengan PABA (ácido paraaminobenzoico) en su formulación, pues es el puede causar daño celular y hay una mayor incidencia de alergias relacionadas con su uso y derivados. Hay que escudriñar la etiqueta del producto.

Los filtros solares deben incluir en su formulación filtros biológicos

  • 5. Deben ser productos estables frente al calor y el sudor, lo que se denomina fotoestable, para evitar que la fórmula se trastoque o contamine.
  • 6. Cuidado con los protectores secundarios, los que incluyen reclamos publicitarios sobre protección solar, pero cuyo cometido principal no es proteger la piel del sol (por ejemplo, las cremas hidratantes con FPS 15).
  • 7. Los filtros solares deben incluir en su formulación filtros biológicos, que no son filtros solares como tal, sino agentes antioxidantes que actúan en sinergia con los filtros de la fórmula evitando la formación de radicales libres y potenciando el sistema inmunológico de la piel. Las vitaminas A, C y E, entre otros, son las más utilizadas. Tienen propiedades antirradicales y actúan contra el envejecimiento cutáneo y los cánceres de piel fotoinducidos.
  • 8. Lo último en formulación es incorporar activos para la protección y reparación del ADN (DNA-Protect), a través de enzimas que han sido aisladas de microorganismos extremófilos y cumplen funciones de reparación del ADN dañado por los rayos UV.
  • 9. Los protectores solares caducan. Con el paso del tiempo, sus componentes se van degradando como en cualquier otro producto. Por tanto, no es recomendable utilizar fotoprotectores abiertos de un año para el otro, ya que eso devalúa el factor de protección. La protección no será del todo completa y, por tanto, se estará en riesgo de sufrir los efectos nocivos del sol.
  • 10. Es básico reaplicar el filtro solar cada dos horas y siempre después de un chapuzón. El Factor de Protección Solar es «dosis-dependiente». Esto significa que para conseguir el FPS que pone en el envase debemos usar una cantidad de producto igual a la que utiliza el fabricante para determinar que ese producto, en dicha cantidad, nos provee del FPS que pone en el cartonaje. De lo contrario, no alcanzaremos ese FPS. De ahí que sea muy importante escoger productos de aplicación sencilla y cómoda para fomentar la reaplicación frecuente del filtro.