La ciencia todavía no se ha desentrañado cuál es la causa principal que origina la enfermedad del Alzheimer, por lo que se piensa que es un cúmulo de factores. Actualmente, no existe cura y los tratamientos generalmente se centran en el tratamiento médico para reducir temporalmente los síntomas y los cambios de comportamiento que pueden ralentizar la progresión de la enfermedad.
Según la OMS, se calcula que una de cada diez familias en las que hay personas mayores de 70 años tiene algún miembro con la enfermedad de Alzheimer. Y la incidencia va a seguir aumentando en los próximos años, hasta afectar a cientos de millones de personas en todo el mundo. De hecho, es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la medicina actual, debido principalmente al envejecimiento de la población.
Los virus
Pero, ¿y si son los virus los causantes de la enfermedad? Pues según un estudio de la Universidad de Tufts y la Universidad de Oxford, el virus varicela zóster (VZV), que comúnmente causa la varicela y el herpes zóster, puede activar el herpes simple (HSV), otro virus común, para poner en marcha las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer.
Normalmente, el HSV-1, una de las principales variantes del virus, permanece inactivo dentro de las neuronas del cerebro, pero cuando se activa conduce a la acumulación de proteínas tau y beta amiloide, y a la pérdida de la función neuronal, características distintivas encontradas en pacientes con Alzheimer.
Los expertos han estado trabajando en estudios previos en los que existía una gran cantidad de evidencia de que el HSV se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer en los pacientes.
Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que 3.700 millones de personas menores de 50 años han sido infectadas con HSV-1, el virus que causa el herpes oral. En la mayoría de los casos es asintomático y permanece latente dentro de las células nerviosas. Cuando se activa, puede causar inflamación en los nervios y la piel, causando dolorosas llagas abiertas y ampollas. La mayoría de los portadores presentan síntomas muy leves o incluso ninguno antes de que el virus entre en estado latente.
El virus de la varicela zoster también es extremadamente común, ya que alrededor del 95 % de las personas se infectan antes de los 20 años. Muchos de esos casos se expresan como varicela. El VZV, que es una forma del virus del herpes, también puede permanecer en el cuerpo y llegar a las células nerviosas antes de volverse inactivo.
Más adelante en la vida, el VZV puede reactivarse y causar culebrilla, una enfermedad caracterizada por ampollas y nódulos en la piel que se forman en forma de bandas y pueden ser muy dolorosas y durar semanas o incluso meses.
El vínculo entre el HSV-1 y la enfermedad de Alzheimer solo ocurre cuando el HSV-1 se ha reactivado para causar llagas, ampollas y otras afecciones inflamatorias dolorosas.
Cómo pueden despertar los virus durmientes
Los investigadores también han podido comprobar que los efectos neurológicos a largo plazo que algunos pacientes con covid han experimentado por el virus SARS-CoV-2, particularmente entre los ancianos, y que tanto el VZV como el HSV-1 pueden reactivarse después de una infección por covid. En estos casos, sería aconsejable vigilar los posibles efectos cognitivos posteriores y la neurodegeneración, según explican los expertos.