La anemia es una afección muy común que se produce generalmente por la carencia de hierro en la sangre. Sin embargo, existen otras causas y por ello es muy importante identificar la correcta para poder hacer el tratamiento oportuno. Su definición más concreta es la disminución de los niveles de glóbulos rojos en la sangre, lo que implica que el oxígeno no se distribuye correctamente y no llega a los tejidos del cuerpo.

Existen distintos tipos de anemia

Existen diferentes tipos de anemia y cada uno tiene una causa concreta, aunque el tipo más común es la llamada anemia ferropénica. Esta puede ser temporal y en algunos casos se puede prolongar en el tiempo, lo que implica graves riesgos para la salud en todos los sentidos. Incluso, la propia anemia puede ser la señal de que otro problema de salud mayor está en ciernes.

Anemia

Síntomas de la anemia

El principal síntoma de la anemia es el cansancio y la fatiga, aunque no siempre se puede asociar de primera mano con este problema. Por ello, hasta que no aparecen otros síntomas no se empieza a valorar la situación, la mayoría de las personas no consulta con el médico solo porque se encuentre bajo de energía. Entre los síntomas más comunes de la anemia, se encuentran los siguientes:

  • Dificultad para realizar ejercicio o baja resistencia ante el mismo. Esto es algo que puedes notar si haces deporte con regularidad, porque sentirás que tu cuerpo no responde de la misma manera.
  • Si la anemia se vuelve más severa o crónica, esta fatiga puede darse con el mínimo esfuerzo. Además, aparece la taquicardia y la dificultad para respirar.
  • Otros síntomas que se pueden apreciar a simple vista son, la palidez en el rostro y una coloración muy débil en las mucosas, por ejemplo en las de los ojos.
  • También puedes tener dolores de cabeza.
  • Fragilidad en el cabello y las uñas, ya que la falta de oxígeno en los tejidos hace que estos se enfermen, envejezcan y se vuelvan débiles.

Cuál es el tratamiento y qué puedes hacer en casa

Cuando se trata de anemia ferropénica, la más común de las posibilidades, el médico receta un suplemento de hierro que se deberá tomar durante algunas semanas. Con este remedio y una alimentación que incluya alimentos ricos en este mineral, en pocas semanas debería remitir la falta de hierro en la sangre. Los alimentos que más hierro contienen y que por tanto deben estar en tu dieta son, las verduras de hoja verde, como las espinacas, el brócoli, los guisantes, la col rizada o las acelgas. La carne roja, especialmente el hígado es un alimento con mucho hierro. El marisco, especialmente los de concha como los berberechos, los mejillones, las almejas o las vieiras.

Las legumbres son también una fuente de hierro, y entre ellas, destacan especialmente las lentejas y los frutos secos, especialmente los pistachos, los anacardos y las almendras. Para mejorarlo, debes complementar los alimentos ricos en hierro con otros ricos en vitamina C, ya que esta ayuda a sintetizar el hierro. Seguir una dieta variada y equilibrada es la mejor manera de evitar la anemia, así como otros problemas de salud.

No obstante, acudir al médico es fundamental para poder realizar los análisis necesarios y encontrar el tipo de anemia y la razón concreta. De lo contrario, podría agravarse una situación que puede derivar en otros problemas graves de salud.