La insuficiencia cardíaca guarda una conexión con el grado de consumo de alcohol que todavía se tiene como aceptable para la salud en un buen número de países. Esta conclusión ha sido una de las que se han presentado en un congreso médico llevado a cabo por la Sociedad Europea de Cardiología recientemente.
El trabajo científico añade más evidencia al hecho de que debe tenerse mucho cuidado al ingerir alcohol. Bethany Wong ha liderado la investigación desde el irlandés Hospital Universitario Saint Vincent y afirma que “debe ponerse un límite al consumo de alcohol en menos del equivalente a una botella de vino a la semana”.
El del alcohol es un problema que nos afecta muy de cerca, ya que la UE es la región en la que más se consume de todo el planeta si hacemos caso a los datos que maneja la OMS. Aunque ya se había dejado claro por parte de los expertos que el consumo excesivo de estas bebidas incrementa el riesgo de padecer una clase de insuficiencia cardíaca como es la miocardiopatía alcohólica, ahora “las nuevas investigaciones sugieren que el alcohol consumido en cantidades más bajas también puede ser perjudicial”, afirman desde los responsables del estudio.
La investigación
El trabajo se llevó a cabo con más de 700 personas mayores de 40 años que padecían peligro de desarrollar insuficiencia cardíaca debido a factores de riesgo como la obesidad, la diabetes o la presión arterial elevada, o con insuficiencias coronarias en el pasado. La edad media de los pacientes fue de 66 años y poco más de la mitad de la cohorte estaba compuesta por mujeres.
Para el estudio se tomó como patrón una unidad de 10 gramos de alcohol. Los voluntarios se distribuyeron en grupos según la cantidad semanal de alcohol que consumían. Los que no lo probaban, los de nivel medio (el equivalente a una botella de vino semanal), los considerados moderados (hasta dos botellas a la semana) y los que tenían un consumo alto (más de dos botellas de vino semanales).
Las conclusiones
Durante 5,4 años se analizó la relación entre la salud cardíaca y el consumo alcohólico. Los que consumían alcohol en grado moderado o alto fueron los más jóvenes, hombres en su mayoría y con un índice de masa corporal (IMC) más alto.
Dentro de los que padecían de preinsuficiencia cardíaca, en comparación con ningún consumo de alcohol, el consumo moderado o alto se asoció con un riesgo 4,5 veces mayor de empeoramiento cardíaco respecto a los que no probaban el alcohol. La investigación refleja que beber más de 70 gramos de alcohol semanalmente guarda relación con un empeoramiento de la insuficiencia cardíaca previa o de un aumento de la insuficiencia cardíaca sintomática entre los europeos. El mismo estudio, sin embargo, no encontró ninguna ventaja para la salud coronaria entre los que participantes de bajo consumo de alcohol.