La demencia describe un grupo de síntomas caracterizados por pérdida de memoria, problemas de lenguaje, cambios de humor y déficits en el pensamiento y el razonamiento que interfieren con las actividades de la vida diaria. El Alzheimer es su forma más común y afecta a unas 800.000 personas en España.
El Alzheimer es una enfermedad que implica un empeoramiento constante de los síntomas de demencia a lo largo del tiempo. Las personas con Alzheimer a menudo pueden funcionar de forma independiente en las primeras etapas de la enfermedad, pero tienen que depender cada vez más de sus cuidadores para las actividades diarias a medida que avanza la enfermedad.
Las personas con un diagnóstico reciente de la enfermedad de Alzheimer pueden tener dificultades para hacer frente a su diagnóstico y necesitan apoyo. Aunque los amigos y familiares a menudo tienen el deseo de brindar apoyo, es posible que eviten interactuar con la persona con Alzheimer por temor a afectar negativamente su estado de ánimo.
Evitar relacionarse con personas con Alzheimer promueve una sensación de aislamiento y estigma, y puede dañar su sentimiento de autoestima. A continuación vamos a ver algunas de las percepciones erróneas comunes sobre la Alzheimer que tienen los amigos y familiares del enfermo.
- Reconocer la autonomía
Es importante reconocer que las personas con Alzheimer en etapa temprana todavía son capaces de vivir de forma independiente y continúan teniendo metas que tal vez deseen lograr. Los cuidadores y familiares pueden ayudar a las personas con Alzheimer a planificar su futuro y mantener una buena calidad de vida a medida que avanza la enfermedad.
- Un diagnóstico de Alzheimer no define a una persona
Las personas con Alzheimer mantienen un sentido de sí mismos hasta las etapas finales de la demencia y los miembros de la familia deben tener cuidado de no verlos simplemente a través del prisma de su enfermedad.
El Alzheimer no altera la preferencia del individuo por actividades o relaciones. Las personas con Alzheimer continúan disfrutando de actividades significativas de la vida diaria hasta las últimas etapas de la enfermedad.
Los miembros de la familia deben escuchar pacientemente a las personas con Alzheimer y evitar ser condescendientes o involucrarse en el lenguaje de los ancianos.
- Fluctuación de síntomas
Los síntomas que presentan las personas con Alzheimer pueden fluctuar de un día para otro. En ciertos días, las personas con Alzheimer pueden exhibir una función cognitiva mejorada y un mejor estado de ánimo. Por el contrario, el mismo individuo puede presentar síntomas más graves, como ansiedad, agitación, irritabilidad y mayor repetición de palabras en los días malos.
Por lo tanto, los miembros de la familia deben entender que ciertos comportamientos pueden estar fuera del control de las personas con Alzheimer y deben ser pacientes con ellos.
- El Alzheimer de inicio temprano
Aunque el Alzheimer afecta principalmente a personas mayores de 65 años, las personas más jóvenes representan alrededor del 5-10% de todos los casos de Alzheimer. La aparición de esta enfermedad en personas menores de 65 años se denomina enfermedad de Alzheimer de aparición temprana.
La percepción de que la Alzheimer es una afección que afecta solo a las personas mayores puede hacer que las personas más jóvenes ignoren los síntomas de la Alzheimer y retrasen la búsqueda de la ayuda necesaria. La detección temprana puede ayudar a iniciar el tratamiento para retrasar la progresión de la Alzheimer.
- Comunicación directa
Los amigos o familiares pueden no estar seguros de cómo reaccionar ante la noticia del diagnóstico de Alzheimer de una persona. Esto puede llevarlos a comunicarse con el cónyuge o cuidador sobre la salud de las personas con Alzheimer.
Las personas que viven con demencia tienden a percibir tales conversaciones como condescendientes, lo que refuerza una sensación de soledad y vergüenza. En cambio, es más probable que una conversación directa con la persona con Alzheimer sobre su salud sea recibida como cariñosa.
- Evitar el juicio
La negación también es una reacción común entre amigos y familiares de personas con un diagnóstico reciente de Alzheimer. Esta negación puede manifestarse en comentarios que aluden a que el individuo es demasiado joven o parece funcionar normalmente para ser diagnosticado con Alzheimer.
Aunque no sea con malas intenciones, esos comentarios pueden parecer despectivos. Podrían pasar por alto las luchas psicológicas de hacer frente al diagnóstico experimentado por el individuo con Alzheimer y el deterioro causado por la condición misma.