La soja o soya (Glycine max) es una legumbre de origen asiático y desde el siglo XX se ha ido extendiendo su consumo por todo el mundo. Actualmente, podemos encontrar gran variedad de alimentos que incluyen entre sus ingredientes la soja, destacando las variantes de soja en yogures, leche, salchichas, hamburguesas, helados, zumos, embutidos, galletas, etc.
Esto es debido a que el consumidor demanda estos productos pues los considera más sanos y cree que al incluirlos en su dieta va a obtener beneficios, pero esto no siempre es así. Conviene recordar que hay que buscar el equilibrio en la dieta y con la soja muchas veces nos encontramos opiniones extremas y enfrentadas.
Los asiáticos sólo consumen productos de soja en pequeñas cantidades
Hay que pensar en la persona y todas sus variables (edad, sexo, tipo de dieta, enfermedades o síndromes que pueden condicionar su vida o salud). Y también va a depender de la variedad consumida, las cantidades ingeridas y el resto de alimentos que componen la dieta.
Excepto en tiempos de hambre, los asiáticos sólo consumen productos de soja en pequeñas cantidades, como condimentos, y no para sustituir a las carnes o la leche.
A continuación te resumimos cuáles son algunas de las principales propiedades que nos aporta la leche de soya:
- Rebaja el colesterol LDL y aumenta el HDL: un estudio científico llevado a cabo por investigadores canadienses constató que el 70% de personas que consumían tres vasos de leche de soja disminuyeron en un 10% su colesterol malo (LDL), y aumentaron un 9% su colesterol bueno (HDL).
- Reduce los síntomas de la menopausia: varios estudios científicos llevados a cabo por expertos americanos y australianos constataron que las mujeres que consumían 40 gramos de soja al día tenía efectos beneficiosos en mujeres posmenopáusicas, disminuyendo el número de sofocos y aumentando su masa y densidad ósea
- Previene determinados tumores: la soja es rica en fitoestrógenos, las cuales parecen tener una acción protectora frente a determinados tumores de tipo homonodependiente (como son el cáncer de mama o próstata).
- Proteínas de alto valor biológico: la soja es rica en proteínas de alto valor biológico, lo que significa que aporta todos los aminoácidos esenciales. En concreto, aporta más proteínas que los huevos, la leche y la carne, pero sin contener tanta grasa saturada.
- Rica en lecitina: la lecitina ejerce una acción reguladora sobre el colesterol y los triglicéridos, además de ser beneficiosa sobre el envejecimiento y la memoria, regenerando las membranas celulares y siendo útil en la prevención de la litiasis biliar.
Distintos estudios científicos han podido constatar los efectos que en nuestro organismo tiene el consumo regular de la bebida de soja, en especial cuando nos encontramos ante una bebida vegetal elaborada a partir de semillas o habas de soja transgénicas. Los principales efectos negativos te los resumimos a continuación:
- Efectos sobre las hormonas: la soja aporta genisteína, una proteína que causa alteraciones del páncreas y de la tiroides. Causa un aumento de la hormona tirotropina, causando bocio difuso, hipotiroidismo y tiroiditis autoinmune aguda.
- Efectos sobre la fertilidad: la genisteína y daidzeína son compuestos genotóxicos para el esperma. Altera el comportamiento sexual, disminuye los andrógenos y su consumo desde la infancia puede causar pubertad precoz y anomalías congénitas del tracto genital masculino.
- Efectos en el hombre: por su contenido en fitoestrógenos causa retención de líquidos, hinchazón y desarrollo de las mamas (ginecomastia).
- Efectos en el sistema inmunitario: la genisteína ejerce un efecto inmunosupresor, produciendo alteraciones atróficas del timo.
- Efectos en el sistema nervioso: diferentes estudios han constatado que grandes consumidores de soja presentan un pobre desempeño cognitivo y un bajo peso del cerebro.