Los beneficios físicos del running sobre nuestro cuerpo son evidentes, pero también el correr tiene una serie de beneficios psicológicos que potencia su importancia. Tanto para aquellas personas que son asiduas a correr como para los que se están iniciando o quieren iniciar, un buen impulso es conocer los beneficios psicológicos de hacerlo, que los podemos resumir en los siguientes:
Los beneficios psicológicos se suman a los físicos
Reduce el estrés y la ansiedad. El corredor esta menos estresado al afrontar de manera más resolutiva sus factores de tensión. Esto se ve favorecido por una renovación continua de gestión de sus pensamientos lejos del foco del conflicto lo que permite disponer de un tiempo valioso para analizar y reflexionar de manera concienciada.
- Mejora el estado anímico. Cuando practicamos ejercicio físico de manera regular el cuerpo segrega unas sustancias bioquímicas denominadas endorfinas (la “hormona de la felicidad”) que tienen el poder de reducir el dolor y aumentar el placer siendo las culpables de que estemos de buen humor y nos sintamos mejor, y por ende, de que seamos más felices. En el caso concreto de las personas que practican running de forma regular con una intensidad media provocan una agradable sensación corporal de placidez.
- Alivia la depresión. Correr ha demostrado ser una importante baza a la hora de combatir la depresión clínica. El ejercitarse sirve a modo de psicoterapia, en el sentido en que permite a la persona tener un espacio propio para conectarse con su yo mejor. Su uso terapéutico ha quedado más que de sobra evidenciado y así lo confirma el ser una de las actividades deportivas más pautadas por terapeutas (y médicos) tanto para mejorar la salud psico-emocional como la salud física.
- Combate la adicción. Al ser el correr un tranquilizante natural, muchos son los terapeutas que lo prescriben a quién está luchando contra una adicción. El correr fomenta que la persona se haga mentalmente más fuerte con lo que aumenta su resistencia al impulso de beber alcohol, tomar drogas o a cualquier otra sustancia adictiva.
- Mejora la confianza. El running mejora nuestra confianza al ayudar a conocer y sobre todo, a superar nuestros límites mentales. El alcanzar los objetivos marcados aumenta nuestra sensación de control lo que provoca un incremento en nuestra autoconfianza. Es más, ello nos prepara para lidiar con mayor facilidad frente a adversidades de índole más complejas.
- Mejora la autoestima. El running hace que nos queramos más al sentirnos mejor con nosotros mismos. Una práctica regular produce cambios a niveles estéticos más que evidentes lo que promueve una mejora de nuestra imagen corporal haciendo que nos sintamos mejor con nuestro físico y aprobemos nuestra propia imagen.
- Desarrolla la agudeza mental y la concentración. Los corredores están más en alerta como consecuencia de que el correr te obliga a mantener la mente en el “ahora” ejercitándola para enfocar y concentrarse. Además, mejora la capacidad de resolución de problemas al verse aliviada la fatiga mental, agudizarse la memoria y mejorar la resistencia emocional.