Son muchos los estudios que parecen indicar que echarse una cabezadita después de comer aporta muchos beneficios para la salud y la mente. Por tanto, dormir la siesta va a tener un efecto beneficioso en tu bienestar y puede aumentar tu estado de alerta, tu concentración o tu productividad.

Muchos estudios acerca de la siesta

La siesta también parece tener un origen fisiológico, ya que es una consecuencia natural del descenso de la sangre después de las comidas copiosas, lo que provoca somnolencia. A continuación vamos a descubrir exactamente cuáles son los dos efectos beneficiosos de echarse una siesta para nuestra salud psíquica.

1. Mejora la memoria

La Universidad de Haifa (Israel) y el laboratorio del Sueño del Centro Médico Sheba (Tel Aviv) demostraron que la siesta aporta beneficios a la memoria. Este estudio, en colaboración con investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Montreal (Canadá), concluyó que la siesta tiene una función importante en la consolidación de la memoria y el aprendizaje.

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Siesta

2. Incrementa tu capacidad para aprender

Complementando los efectos positivos en tu memoria, echarse una siesta también reporta efectos positivos en la capacidad de aprendizaje. La Universidad de California aportó evidencias de que al descansar la mente durante la siesta, estamos ayudando a nuestro cerebro a aprender más cosas después de despertar. 

En la misma línea, la investigación llevada a cabo por la Universidades de Harvard y la Universidad de Nueva York comprobó que tomar una siesta corta mejora de manera considerable la memoria y el aprendizaje, pero además, tiene un efecto positivo sobre el humor.

3. Dormir la siesta y trabajar mejor

Según estudios de la NASA, echarse una siesta mejora el estado de alerta, el rendimiento, reduce los errores y accidentes en el trabajo. En este estudio, realizado a sus pilotos y astronautas, se encontró que una siesta de 26 minutos es capaz de aumentar hasta un 35% el rendimiento y un 55% el nivel de alerta. 

Si la “cabezadita” es de 40 minutos mejora el estado de alerta hasta en un 100%. La atención y el tiempo de reacción también parecen beneficiarse de la siesta según un estudio de Kimberly Cote, profesora y neuropsicóloga en la Universidad de Brock. Según su estudio, las personas que no hacen uso de este “momento de relax”, pueden sentirse más fatigados, tener una probabilidad más alta de tomar malas decisiones y un mayor riesgo de padecer accidentes laborales. Las siestas pueden aumentar el estado de alerta en el periodo inmediatamente después de la siesta, y este estado se puede extender hasta unas horas más tarde en el día.