La betaespera es el tiempo hasta se obtiene el resultado de la prueba en sangre para confirmar el embarazo en un proceso de reproducción asistida bien sea por inseminación artificial o la transferencia de embriones, en el caso de una fecundación in vitro.
Estrés y más estrés
Hasta un 40% de estas mujeres sufren de altos niveles de estrés que les llevan a tener episodios de ansiedad. De hecho, las hormonas vinculadas al estrés pueden afectar negativamente al resultado de los tratamientos.
A esto hay que añadir que, en la mayoría de las situaciones, hay una “mochila previa” cargada de estrés y desgaste emocional, por no poder conseguir el embarazo de manera natural, por tener que pedir ayuda para encontrar soluciones, y cómo no, por el impacto que implica el propio diagnóstico de infertilidad.
Manejar el estrés
“La betaespera conlleva un alto grado de implicación emocional, especialmente para la mujer, pues es ella quien carga con esa responsabilidad de manera muy particular. Es entendible, ya que pasa de la primera fase del tratamiento con una hoja de ruta establecida (pinchazos, consultas, etc.), a unos tiempos muertos de espera sin poder conocer el resultado, que se hacen eternos y sobre los que no tiene ningún control. Manejar este nivel de estrés es muy importante para que afecte lo menos posible al día a día y al proceso en sí”, explica Soledad Chamorro, psicóloga de la Clínica de Fertilidad IVI.
En estos procesos, cuando las cosas empiezan a no suceder como se esperaba, llega el bloqueo y la frustración y entonces aparecen esos miedos y temores. Sentir miedo ante la incertidumbre o lo desconocido es normal, pero el problema aparece cuando se lleva a un plano irracional.
Cómo sobrellevarlo
Estas son algunas pautas para sobrellevar la betaespera según explican los expertos de este centro médico.
- Cada mujer es un mundo
Analizar cada detalle de si se produce alguna señal física que pueda indicar un posible embarazo o comprobar constantemente si se tiene la menstruación solo hace caer en conductas obsesivas muy poco saludables.
- Evitar hablar del tema constantemente
Está bien y es necesario hablar de los sentimientos, ya que reconocer sentimientos ayudará a manejarlos, pero no hay que dejar que estas conversaciones monopolicen la vida. Esto aplica también a preguntas insistentes de amigos y familiares.
- Realizar actividades que ayuden a mantener la mente ocupada
Acciones que nos saquen de “nuestro hábitat”, mejor si son al aire libre. De esta manera, se potenciarán pensamientos más optimistas.
- Confiar en los profesionales
Consultar en internet, en páginas poco fiables con información no contrastada científicamente, solo conseguirá que esta espera sea más difícil y que la ansiedad aflore.
- Resistir la tentación de hacer pruebas caseras
No se recomiendan porque puede producirse un falso positivo o negativo de un test que nos va a llevar a tener una idea preconcebida del resultado de laboratorio con el consecuente impacto en el estado de ánimo.
- Centrarse en el presente, el aquí y ahora
Pensar en “y si…?” solo generará agobio y malestar, ya que las emociones están a flor de piel y es complicado razonar en estos momentos. Solo evitando este bucle vicioso y dejando que el tiempo fluya, la espera será más llevadera.