Tomarse una onza de chocolate negro al día puede ser una dulce y placentera forma de cuidar el corazón. Diversos expertos lo han aconsejado en los últimos años. ¿Pero tiene esta recomendación una buena base científica? Una investigación sobre numerosos estudios relativos a los beneficios del cacao del chocolate no solo ha demostrado que sí la tiene, sino que ha aportado un dato destacado: previene en un 37% el riesgo de episodios cardiovasculares, una excusa perfecta para caer en la tentación.

Alegrar el pastillero, lleno de píldoras de distintos colores que consumen muchas personas con riesgo cardiovascular para prevenir los infartos y otras dolencias cardiacas, es posible con la más dulce pastilla que se pueda imaginar: una onza de chocolate al día. Esta placentera forma de prevención cardiovascular no solo es apta para pacientes con cardiopatía, sino para cualquier persona que quiera preservar la salud del corazón.

Aunque el alimento en sí no es milagroso, sino que funciona en el contexto de un estilo de vida saludable, se le pueden atribuir directamente algunas propiedades beneficiosas para el organismo.

chocolate negro
 

 

El consumo de chocolate negro previene en un 37% el riesgo de episodios cardiovasculares, una excusa perfecta para caer en la tentación

 

Varios estudios han constatado que el consumo de chocolate se asocia a una disminución de un 37% del riesgo de sufrir episodios cardiovasculares y a una reducción de un 29% del riesgo de ictus o accidentes cerebrovasculares (ACV). Estos resultados sobre los efectos cardiosaludables del cacao para el organismo confirman los de estudios anteriores, aunque los especialistas admiten que aún será necesario realizar otras investigaciones.

 

¿Por qué es beneficioso?

Se cree que los beneficios del chocolate y, en concreto, del cacao con el que se elabora, se deben a que este apetecible alimento contiene sustancias antioxidantes (flavonoides), a las cuales se suponen distintos tipos de propiedades: efectos antihipertensivos, hipolipemiantes y antidiabéticos. La suma de todas estas características logra ese beneficio cardiovascular, para prevenir la cardiopatía isquémica (infartos agudos de miocardio y anginas de pecho) y los infartos cerebrales.

Mejora el control de los factores de riesgo cardiovascular que podrían hacer que enfermaran las arterias del corazón y del cerebro. Controla la arterioesclerosis, los niveles de colesterol y la hipertensión. De esta forma, se consigue que las arterias estén sanas y que rieguen mejor este órgano, ya que se daña por la progresiva obstrucción de estos vasos sanguíneos. Por lo tanto, el chocolate no causa un efecto directo sobre el corazón, sino sobre sus arterias.