La menopausia es un proceso gradual que ocurre durante varios años. Estos años se conocen como la transición a la menopausia o perimenopausia. La mayoría de sus peores síntomas probablemente ocurrirán durante estos años y, de hecho, pueden mejorar una vez que llegue a la menopausia.

La menopausia real no se diagnostica hasta que ha pasado un año completo desde el último período menstrual.

Las pruebas hormonales pueden ser engañosas

El nivel hormonal que se considera potencialmente útil para diagnosticar la menopausia es la FSH u hormona estimulante del folículo. La FSH es producida por la glándula pituitaria y juega un papel importante en el ciclo menstrual. La FSH estimula los ovarios para que produzcan estrógeno y, cuando se produce suficiente estrógeno, se retroalimenta y disminuye la FSH. Esta es parcialmente la base de un ciclo menstrual regular.

Pero cuando llega la transición de la menopausia y el ovario disminuye su producción de estrógeno, los niveles de FSH comienzan a aumentar, tratando de estimular el ovario para que produzca suficiente estrógeno para mantener el ciclo en marcha.

En los años de transición a la menopausia, el nivel de FSH puede ser alto un día y significativamente más bajo al día siguiente, pero es posible que no se tenga ningún síntoma. También es posible que se tengan síntomas muy desagradables con niveles hormonales que todavía están dentro de los rangos de valores normales.

Cuando se trata de diagnosticar y manejar la transición a la menopausia, todo se trata de los síntomas. Es importante reconocer los cambios en el cuerpo y hablarlos con el médico. Dependiendo de la gravedad de los síntomas, es posible querer considerar las opciones de tratamiento.

Sudores nocturnos

Es posible que en la última parte del ciclo menstrual la mujer se despierte empapada en sudor, incluso si no tiene ningún síntoma durante el día. Esto puede ser problemático, ya que interrumpe el sueño y puede provocar fatiga crónica.

Patrón de sangrado anormal

Debido a los niveles hormonales cambiantes causados ​​por la disminución de la función de los ovarios, el ciclo menstrual se volverá irregular. Los períodos pueden volverse más ligeros y/o menos frecuentes. Este tipo de cambio en el patrón de sangrado es completamente normal.

Pero a veces se puede tener un sangrado más intenso o más frecuente. Es importante comentar esta circunstancia con el médico. Debido a los desequilibrios hormonales de la transición a la menopausia, ciertas afecciones uterinas, como los fibromas y los pólipos uterinos, pueden volverse más sintomáticos. Además, dependiendo de sus otros factores de riesgo o problemas médicos, el médico puede proponer pruebas adicionales para evaluar este tipo de sangrado anormal.

Mujer madura / Unsplash

Cambios de humor

Este puede ser uno de los síntomas más preocupantes de la transición a la menopausia. Es posible que nunca se hayan tenido problemas de humor significativos en el pasado, pero de repente la mujer puede sentirse ansiosa o deprimida.

O tal vez se hayan tenido problemas con los síntomas del estado de ánimo en el pasado y se note un empeoramiento de los síntomas. Esto puede ser especialmente cierto para las mujeres que han tenido un trastorno del estado de ánimo reproductivo, como la depresión posparto o el trastorno disfórico premenstrual (TDPM).

En este caso es muy importante comentarle estos síntomas al doctor. No conviene sufrir en silencio, ni avergonzarse de los sentimientos.

Dolores de cabeza

Para algunas mujeres, los dolores de cabeza por migraña pueden aparecer por primera vez durante la transición a la menopausia. Esto no es sorprendente, ya que muchos de los factores que se cree que actúan como desencadenantes son comunes en la transición a la menopausia y entre ellos están los trastornos del sueño, los cambios de humor y la disminución de los niveles de estrógeno.

Brotes en la piel

Quizá uno de los signos más frustrantes de que se puede estar pasando por la transición a la menopausia son los brotes en la piel. Incluso si no tuvo ningún problema con la piel en la adolescencia, los cambios hormonales de la transición a la menopausia pueden provocar problemas con el acné.