El dolor de cabeza en racimo es un trastorno poco común, que se suele presentar en una de cada 1.000 personas. Es extremadamente doloroso y ocurre en patrones cíclicos conocidos como períodos de racimo. La mayoría de los ataques ocurren a la misma hora todos los días.

Se diagnostica como episódica cuando los ataques ocurren en períodos que duran entre siete días y un año y están separados por períodos sin dolor que duran tres meses o más. Y como crónica, cuando se producen durante más de un año sin remisión o con remisiones que duran menos de tres meses.

Las cefaleas en racimo son similares a las migrañas, pero existen algunas diferencias. Mientras que las segundas pueden durar un día entero o varios días si no se tratan, los dolores de cabeza en racimo suelen durar entre 15 y 180 minutos. No se suele tener más de una migraña al día, pero quienes la padecen, pueden llegar a tener hasta ocho dolores de cabeza en racimo durante un período de 24 horas. Además, el dolor de la migraña puede variar de ubicación; por el contrario, los dolores de cabeza en racimo afectan solo un lado de la cabeza, generalmente en la sien o alrededor del ojo.

Una investigación reciente llevada a cabo por expertos de la Universidad de Texas ha concluido que la cefalea en racimo suele comenzar en la infancia, pero los pacientes generalmente no son diagnosticados hasta que son adultos. Tras hacer un seguimiento a 1.604 participantes con dolor de cabeza han publicado los resultados en la revista Headache: The Journal of Head and Face Pain.

Migraña

Lo cierto es que existe información  limitada sobre este trastorno. “Espero que este estudio cambie el pensamiento tradicional de que la cefalea en racimo solo afecta a hombres adultos”, asegura el autor principal Mark J. Burish. “La investigación demuestra que comúnmente comienza en la niñez, y que muchos niños pasan años sin el diagnóstico correcto, presumiblemente sufriendo todo el tiempo porque no tienen los tratamientos correctos”.

El inicio pediátrico se encontró en el 27,5% de los participantes de la encuesta, pero solo el 15,2% de los participantes con inicio pediátrico fue diagnosticado antes de los 18 años.

Una de las razones es que los familiares y los médicos no lo reconocen porque es poco común y los pacientes no son derivados a los especialistas adecuados. Además, las características de la cefalea en racimos en los niños podrían ser diferentes a las de los adultos, más parecidas a la migraña.

Otros resultado del estudio es que, si bien investigaciones anteriores han demostrado que las mujeres tienen más probabilidades de tener migrañas entre las edades de 10 y 50, ocurre lo contrario con las cefaleas en racimo: los hombres tienen más probabilidades de tener cefaleas en racimo episódica entre las edades de 10 y 50.

Una gran mayoría de los encuestados tenía al menos un síntoma que presentaba una reacción del sistema nervioso autónomo, como ojos rojos o congestión nasal (99,0%) y tenía inquietud (96,6%), pero muchos también tenían características de migraña prototípicas, incluida la sensibilidad a la luz y sonido (50,1%), dolor agravado por la actividad física (31,4%) o náuseas y vómitos (27,5%).