El oído es un órgano muy sensible. Su principal misión es transmitir las ondas sonoras al cerebro. Para su correcto funcionamiento necesita unos cuidados adecuados pero, en ocasiones, la higiene que se practica en esta parte del cuerpo no es la más idónea. A continuación se describe qué función tiene la producción de cera en el oído y por qué está desaconsejado utilizar bastoncillos de algodón o cualquier otro objeto para su limpieza. También se aportan consejos sobre cómo cuidar el conducto auditivo externo.

En oído se compone de tres partes: el oído externo, el medio y el interno. Es esta última porción la que contiene los receptores de la audición y el equilibrio. El oído externo está formado por la parte externa (la oreja o pabellón auditivo) y una parte interna, el conducto auditivo externo. Su longitud es de unos 19-20 milímetros, aproximadamente, y termina en una membrana fina, elástica y semitransparente denominada membrana timpánica.

La acumulación de cerumen en el oído se elimina de manera natural

Cómo limpiar los oídos

En la mayoría de las personas, la acumulación de cerumen en el oído se elimina de manera natural hacia el exterior del conducto, como por ejemplo, mediante la masticación, con el movimiento de la mandíbula. La cantidad de cera que cada uno produce viene determinada por la genética. Sin embargo, a veces puede depositarse en exceso, ya sea por demasiada producción o por una eliminación deficiente.

A menudo, el aumento de producción de cera responde a causas ambientales, como permanecer en una zona polvorienta, o por llevar algún objeto introducido en él, como auriculares o audífonos. También demasiadas limpiezas pueden provocar un efecto rebote y originar una producción excesiva, a la vez que favorecer procesos inflamatorios y/o infecciosos. De la misma manera, la edad es un factor que hay que tener en cuenta: el aumento de producción junto con un defecto de eliminación por incremento de la pilosidad, asociado al envejecimiento, ocasiona que los ancianos sean más propensos a presentar tapones de cera.

Para limpiar el oído, basta utilizar una toalla o una gasa ligeramente humedecida y, con el dedo índice y con cuidado, practicar movimientos circulares, siempre de forma superficial. Los especialistas en otorrinolaringología ya hace años que aconsejan, ante todo, no introducir en el oído ningún objeto, incluidos los bastoncillos de algodón (hisopos), ya que puede ser peligroso.

Cuando se intenta limpiar el oído con un hisopo de algodón o una horquilla, por ejemplo, existe el riesgo de meter más la cera, que se va depositando en la parte más profunda, compactándola contra la membrana timpánica, pudiendo perforarla. Incluso si se introduce demasiado el objeto, podría lesionar el tímpano y las estructuras adyacentes y causar pérdida de audición temporal.

Oído
Oído

Precauciones con el oído

Los especialistas señalan unos aspectos importantes que hay que tener en cuenta y que se resumen en los siguientes puntos:

  • Evitar maniobras instrumentales de limpieza y/o lavado demasiado frecuentes.
  • No es necesario el aseo de los oídos en general.
  • Si hay que limpiar, hacerlo solo en el pabellón auricular y la porción más externa del conducto auditivo, con el dedo índice y una gasa o un paño fino humedecido.
  • No introducir ningún tipo de objeto como bastoncillos de algodón.