Nerviosismo, pánico, miedo, sudoración y latidos rápidos del corazón… son algunos de los síntomas de la ansiedad, uno de los trastornos más habituales que afecta a gran parte de la sociedad actual en algún momento de su vida.
Aunque es normal sentir un cierto grado de ansiedad, esta puede aumentar hasta el punto de que una persona no puede llevar a cabo su vida normal. Los desencadenantes de la ansiedad son diferentes para todos, pero estos son algunos de los más comunes.
Pensar que tenemos una enfermedad
La ansiedad a menudo puede provenir de la preocupación de que tenemos algún problema de salud. Todo el mundo tiene preocupaciones de este estilo alguna vez, pero cuando la preocupación interfiere con la vida diaria de una persona se convierte en un problema.
Preocupación excesiva por los seres queridos
Para algunas personas, la ansiedad no proviene de la preocupación por ellos mismos, sino del miedo a lo que les pueda pasar a sus seres queridos. Cuando la preocupación por lo que suceda a sus hijos, familiares cercanos o amigos, es excesiva y se convierte en un sentimiento continuo de angustia, se debe acudir a un especialista.
Los problemas económicos
Una de las razones por las que el dinero puede desencadenar ansiedad es porque, en nuestra mente, el dinero está vinculado a la supervivencia. Proporciona una sensación de seguridad y protección. Cuando sentimos que nos falta, activa una sensación de peligro a un nivel muy primario.
Falta de sueño
Los adultos deben dormir al menos 7 horas de buena calidad al día. No dormir lo suficiente del tiempo de sueño recomendado es otro factor que puede empeorar la ansiedad. Además, es un círculo vicioso: mientras que la privación del sueño puede causar ansiedad, la ansiedad puede causar problemas para dormir.
Seguir una dieta que no es demasiado saludable
Una dieta deficiente también puede afectar a la salud mental. Por ejemplo, en este estudio publicado en el British Medical Journal que comer muchos carbohidratos procesados puede aumentar el riesgo de ansiedad. Los investigadores creen que esto podría deberse a los cambios repetidos y rápidos en los niveles de glucosa en sangre.
Sobrecarga de información
La información diaria que recibimos a través de los medios de comunicación y las redes sociales también puede ser un desencadenante de la ansiedad. Estar muy pendiente de varias plataformas y sentir una conexión emocional intensa con esa información está asociado con un mayor riesgo de ansiedad.