Seguramente alguna vez has oído hablar del "sexo tántrico", pero poco saben lo que realmente es. Sexo tántrico: ¿qué es? En realidad, el sexo tántrico como tal no existe, sino que existe el Tantra. Y aunque en Occidente se asocia a la práctica sexual, el Tantra es una experiencia holística con origen budista. Según el sistema de creencias propuesto por esta filosofía o religión, esta práctica ayuda a las personas a ser conscientes de lo que les rodea y de lo que ocurre en su propia energía interna.

Se base en la existencialidad y en el “aquí y el ahora”, es decir, en el momento presente. De manera indirecta esta actitud hacia la vida afecta a la sexualidad, pues se adopta una mentalidad no enjuiciadora, en la que la persona conecta con su ser y el de su pareja. En este sentido, el sexo tántrico se parece a experiencias desarrolladas recientemente desde el ámbito de la Psicología y que a la vez se inspiran en la meditación, como el Mindfulness.

Quienes tratan de aplicar los principios del tantra a su vida sexual, asumen que el Tantra les permite vivir con una mayor libertad y ayuda a desarrollar los sentidos y la manera de amar a los demás. Asimismo, gracias a estar en el momento presente, sería sinónimo de conexión emocional, es fusión con uno mismo y con nuestro amado. El Tantra intensificaría la experiencia sexual porque pone toda la atención en la práctica sexual. La mente y el cuerpo se fusionan e intensifican las sensaciones y la experiencia.

Tal y como hemos visto, para practicar el sexo tántrico hace falta practicar el Tantra, lo cual va más allá de la sexualidad. Y… ¿cómo es posible hacer eso? A continuación veremos varios principios de sexo tántrico para experimentar con esta práctica, mediante una serie de ejercicios que pueden servir para mejorar la experiencia sexual y, por tanto, el placer derivado de este acto.

Muchos principios para una forma de placer

Imagen clásica de sexo tántrico

1. El presente sagrado

En el Tantra, el presente es considerado como un momento sagrado. Para poder apartar las ideas, pensamientos, recuerdos e imaginaciones, es necesario abrirse a la experiencia de la persona y tomar conciencia sobre el lugar, la situación, la piel de la pareja, su pelo, su olor… Para abrir la puerta del flujo de sensaciones y de energía entre ambos, es necesario centrar la atención en el aquí y el ahora. Esto es posible al practicar la respiración tántrica.

¿Cómo hacerlo? Justo antes del encuentro sexual, es necesario colocarse frente a la pareja, desnudos, el uno delante del otro. La respiración tántrica se emplea para aquietar el propio y controlar la inspiración y la expiración, de forma que la atención se centre en la entrada y salida de aire por la nariz. Hay que tener los ojos cerrados y hacerlo durante cinco minutos. Cuando uno ha controlado su respiración, es el momento de conectar con la respiración del otro y fusionar ambas respiraciones. Entonces, nuestra pareja comienza a ser alguien con quien conectamos y disfrutamos de la experiencia como una sola entidad.

2. Contacto visual

Hay muchas personas que temen mirar directamente a los ojos a otras persona, pero la mirada dice más que mil palabras. Desnudos el uno frente al otro, es posible aumentar la conexión simplemente manteniendo el contacto sexual.

Para lograr la conexión, solo es necesario sentarse desnudo delante de la pareja y descifrar qué siente y qué sientes tú. Se trata de ser consciente de lo que ocurre en ese momento especial. Pese a que al principio puede resultar incómodo, al final acabaréis desnudando vuestros sentimientos. El resto pasará solo.

3. Control de los chakras (centros de energía)

El Tantra pone el foco de atención en los chakras, que son los centros de energía del cuerpo. Esta práctica favorece el intercambio energético entre los miembros de las relaciones íntimas, que desde esta filosofía se entiende que son seis. Tres del hombre (instintivo-sexual, emocional y mental-espiritual) y tres de la mujer.

Éstos, asimismo, contienen varios centros. Por ejemplo, el instintivo-sexual está formado por: el raíz (1°) y el sexual (2°); y el emocional por el chakra del plexo solar (3°), el del corazón (4°) y el laríngeo (5°), entre otros. Cada uno de estos puntos tiene un impacto en el acto sexual.

Para poder trabajar los chakras, según este conjunto de creencias religiosas, uno debe ponerse boca a abajo y la pareja, entonces, puede realizar un masaje por todo el cuerpo, desde los pies hasta el primer chakra, pasando por los 7 principales. Después, el miembro de la pareja que estaba boca abajo se da la vuelta y el otro realiza un masaje desde la coronilla hacia los pies. Una vez que se ha masajeado todo el cuerpo de uno de los miembros de la pareja, los dos cambian de roles. Una vez los hayan experimentado este masaje, están listos para el encuentro sexual.

Hay más principios y cosas que aprender, a lo que animamos a las personas que quieran descubrir nuevas formas de disfrutar.