Somos muchos los que algunas veces hemos escuchado frases positivas acerca de la ingesta diario de una copa de vino. Pues bien, durante estos últimos años ya son varios los estudios que han asociado el alcohol con un aumento del riesgo de cáncer. En concreto estamos hablando de distintos tipos de tumores que pueden estar causados por la ingesta continuada de alcohol, lo cual nos activa todas las alertas, y aunque algunas bebidas alcohólicas tengan moléculas técnicamente saludables (el resveratrol en el caso del vino), de ninguna forma los beneficios compensan a los riesgos.
Un estudio genético importante llevado a cabo recientemente y que se ha publicado en la revista International Journal of Cancer, nos confirma la evidencia de forma más que directa: hay un vínculo de causa genético entre el consumo de alcohol y el desarrollo de cáncer.
Varios estudios que desmienten mitos sobre el alcohol
Anteriormente se ligaban otros aspectos a la aparición de cáncer en sí, como una mala dieta, consumo de otros tóxicos como el tabaco, o la falta de ejercicio físico. Y siempre se solían ligar más estos que el alcoholismo cuando se trataba de conocer el porqué del cáncer. Sin embargo, y pese a que a veces son conductas que pueden ir unidas, ahora el alcohol se ha puesto encima de la mesa. Investigadores han analizado datos genéticos de hasta 150.000 personas de origen chino, donde las personas describían sus hábitos de consumo de alcohol, y se siguieron sus registros generales de salud durante más de diez años.
A nivel general, el estudio concluyó según Pek Kei, que era el investigados principal del estudio, que el alcohol causa directamente varios tipos de cáncer, y que el riesgo aumenta todavía más en aquellas personas que por algún motivo tienen una baja tolerabilidad genética al alcohol, dado que estos sujetos no lo metabolizan de una forma adecuada.
Otro estudio, en este caso uno que se llevó a cabo en la Universidad de Cambridge en el año 2018, demostró que los niveles elevados de acetaldehído son capaces de provocar daños en nuestro ADN, y se detectó así un mecanismo causal plausible que explicaría como el consumo de alcohol provoca cáncer, especialmente en todas aquellas personas incapaces de eliminar este acetaldehído de forma efectiva.
En conclusión, la ingesta diaria de alcohol conlleva muchos más riesgos que potenciales beneficios, con lo que su consumo debe hacerse desde la moderación, y siempre teniendo en cuenta lo que nos dicen los expertos.