En los últimos años, las dietas bajas en carbohidratos han adquirido una gran relevancia tanto a nivel científico como social. Los estudios han demostrado su eficacia para tratar enfermedades como la obesidad, la diabetes o el síndrome metabólico. Pero eso ha llevado a muchas personas a hacer una severa restricción de este nutriente sin consultar con un especialista, cuando no siempre es una forma de alimentación adecuada.
Porque, aunque las dietas bajas en carbohidratos son excelentes para determinados pacientes, en otros casos puede representar un problema. Un ejemplo: se ha comprobado que en algunas mujeres puede alterar el funcionamiento hormonal del organismo, como recoge este estudio realizado en Australia.
Las glándulas
Las hormonas del organismo están reguladas básicamente por tres glándulas principales: el hipotálamo y la pituitaria, ubicadas en el cerebro, y las glándulas suprarrenales, situadas en la parte superior de los riñones.
Las tres glándulas interactúan de formas complejas para mantener las hormonas en equilibrio, en lo que se conoce como el eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal responsable de regular los niveles de estrés, el estado de ánimo, las emociones, la digestión, el sistema inmunológico, el deseo sexual, el metabolismo o los niveles de energía.
A su vez, las glándulas son sensibles a determinados factores como la dieta, el ejercicio, el nivel de estrés… De hecho, una situación de estrés continuado puede aumentar los niveles de las hormonas cortisol y norepinefrina, creando un desequilibrio que aumente la presión sobre el hipotálamo, la hipófisis y las glándulas suprarrenales.
Tipos de problemas
Los estudios de cambios en la dieta de personas con obesidad sugieren que comer muy pocas calorías puede actuar como un factor estresante, aumentando la producción de cortisol, comúnmente conocida como la hormona del estrés. Una dieta baja en carbohidratos puede aumentar los niveles de cortisol en comparación con una dieta moderada en grasas y carbohidratos, por lo que se debe analizar cada caso en particular.
Una dieta baja en carbohidratos puede causar ciclos menstruales irregulares o amenorrea –ausencia de ciclo menstrual durante tres meses o más– en algunas mujeres. De hecho, la causa más común de amenorrea es la amenorrea hipotalámica funcional, que puede resultar de una dieta muy baja en calorías, pérdida de peso, estrés o ejercicio excesivo.
Restringir los carbohidratos podría contribuir a algunas de estas causas, como concluye este estudio realizado en Canadá. Por último, las dietas muy bajas en carbohidratos pueden causar una disminución de la función tiroidea en algunas mujeres, causando síntomas de fatiga, aumento de peso y bajo estado de ánimo.
Por estos motivos, el mejor consejo es acudir a un especialista. Porque se puede bajar el consumo de carbohidratos sin llegar a una dieta demasiado restrictiva, que se considera por debajo de 15 a 20 gramos de este nutriente por día.