Son incontables los motivos por los que dejar de fumar es una excelente idea. Aunque sí, cuesta. Técnicas y consejos hay de todo tipo, y cada persona debe encontrar las maneras que le resultan más útiles a la hora de dejar de fumar. Sin embargo, lo más importante es la voluntad y las ganas, sin lugar a dudas. 

Sin embargo, para esta tarea que no es nada sencilla, podemos seguir una serie de consejos que nos pueden ser de gran utilidad, y que juntamente con nuestra voluntad, nos ayudará a conseguir el objetivo.

Consejos para lograr nuestro objetivo

1 - Hablarlo con amigos y familia
Los que rodean a la persona que quiere dejar de fumar son parte fundamental en el proceso. El apoyo de estas personas es clave, especialmente en los momentos más complicados.

2 - Planear cosas nuevas
La persona que quiere dejar de fumar debe tener presente que habrá momentos difíciles. Y qué hacer en esos momentos es importante. Si unimos el café al cigarro, quizás deberemos dejar de tomar café, o probar bebidas nuevas que también nos puedan gustar, y que no tendremos unidas a un cigarrillo.
Los caramelos también pueden ser una buena idea por ejemplo en el lugar de los cigarrillos que podíamos tener siempre en un sitio determinado de casa o del coche.
Y cómo no, cualquier nuevo hobby que sumemos a nuestro día a día también nos ayudará y mucho.

3 - Eliminar lo relacionado con el tabaco
Elementos como ceniceros, mecheros, papel de liar, etc. deberíamos apartarlos de nuestra vista para que así no nos podamos fijar en ellos. Son cosas que sumadas nos pueden ir ayudando e ir reduciendo el tiempo que pensamos en el tabaco.

La voluntad es la clave para dejar de fumar


4- Unirnos a programas
Los centros sanitarios tienen programas a los que nos podemos apuntar para que nos ayuden con nuestro objetivo de dejar de fumar. Allí nos aconsejarán sobre fármacos y otros productos para combatir la adicción a la nicotina, como los clásicos parches o las gomas de mascar.

5 - Tener fechas y metas
Por último, otro consejo es el de establecer algunas fechas y metas. Pese a que se puede tener alguna recaída puntual como es evidente, de ellas tenemos que aprender. Y para que suceda las mínimas veces posible, establecer metas nos puede servir. Por ejemplo, guardar el dinero que invertiríamos en tabaco para posteriormente gastarlo en cualquier otra cosa. Puede ser un viaje, un capricho, una cena semanal… Lo importante es mantener siempre la ambición de dejarlo y como decíamos, la voluntad.