El dolor de espalda es un problema universal y de los más molestos que podemos encontrar a nivel físico. En los países industrializados, más del 80% de las personas ha tenido en algún momento de su vida al menos un episodio de lumbalgia. También en cualquier momento, un 35% de la población puede sufrir alguna clase de dolor de espalda (Frymoyer y Cats-Baril 1991).
En los últimos años, la evidencia científica ha demostrado que las técnicas diagnósticas y tratamientos considerados dogmas hace 20 años son equivocados. Normalmente se atribuía la causa del dolor de espalda a las deformaciones o alteraciones estructurales de la columna vertebral, la escoliosis, el desgaste del disco intervertebral o las hernias discales. En cambio hoy, se sabe que esto es un error y que más del 95% de las lumbalgias son inespecíficas.
El desequilibrio muscular, el desacondicionamiento físico y los factores psicosociales, son posibles factores desencadenantes del dolor de espalda. Sobretodo en aquellos casos en los que no existe correlación entre las pruebas diagnósticas y la sintomatología.
Visitar un especialista es esencial si tenemos dolores de espalda
Al respecto del desequilibrio muscular, el cuerpo dispone de un complejo sistema de regulación interna. A través de unas reacciones neuromusculares reflejas, los sistemas articulares y musculares se coordinan y compensan. El objetivo de esta compleja respuesta refleja es asegurar en todo momento las condiciones óptimas del cuerpo.
Ejercicio y columna vertebral como prevención y tratamiento al dolor
Cualquier estímulo que supere el límite de tolerancia de nuestras estructuras puede provocar un desequilibrio. Lo que obliga al sistema a incrementar la tensión de unas zonas, para garantizar su integridad y surgen problemas nerviosos como atrapamientos, compresiones, etc.
El síndrome de desacondicionamiento físico se define como el deterioro metabólico y sistémico del organismo cómo consecuencia de la inmovilización prolongada sobretodo en las primeras 24 horas.
Una persona en reposo en cama pierde entre 10-20% de fuerza de torque por semana (Mueller), por lo tanto los músculos antigravitatorios son los que más rápido se debilitan y se atrofian, especialmente las fibras tipo I.
Por eso cada vez más se le atribuye más importancia al ejercicio físico como factor de prevención y tratamiento del dolor de espalda. También y sobre todo en casos en los que exista un desequilibrio muscular y/o una carencia de acondicionamiento físico de la musculatura que estabiliza el raquis.
Es importante tomar medidas para evitar el dolor de espalda sobretodo en posturas y movimientos muy concretos del día a día así como cuando practicamos ejercicio sea del tipo que sea. Además, si ya estamos sufriendo dolores de espalda, lo esencial es visitar a un especialista que nos pueda ayudar tanto a paliar los dolores como a evitar que se prolonguen y lleguen a ser graves.