¿Creías haberlo visto todo en terapias? Pues aquí llega una cada vez más popular: la gatoterapia, una herramienta utilizada para intervenir en el bienestar de las personas contando para ello con la ayuda de los gatos.

La gatoterapia, un tratamiento antiestrés con tu felino

La gatoterapia es un tratamiento tradicional contra los síntomas del estrés, la ansiedad y el bajo estado de ánimo con la ayuda de gatos domésticos. La utilización de este tipo de terapia basado en la compañía que proveen estos pequeños felinos domésticos puede ayudar a mejorar la salud física y mental y la calidad de vida en general, a través de la interacción amistosa entre el gato y la persona.

Lo positivo de la gatoterapia es, justamente su sencillez: se fundamenta en la compañía que se ofrecen e gato y la persona y el modo en el que interactúan.

El gato es un animal muy autónomo

El gato: descubriendo su personalidad y sus 'propiedades antiestrés'

El gato es un animal muy autónomo, como ocurre con el resto de felinos. Su vínculo con los dueños de la casa se fundamenta en una especie de pacto de respeto mutuo. La compañía de un gato, a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de psicofármacos, contribuye a lograr buenos niveles de relajación sin el efecto secundario de perder el contacto con la realidad o ciertas cotas de conciencia. Acariciar un gato puede reducir el estrés, así como disminuir el nivel de presión sanguínea y la frecuencia de latidos del corazón. 

Gatoterapia
Gatoterapia

Por su parte, el ronroneo característico del gato (sonido que emite el felino cuando está cómodo y seguro) tiene un efecto positivo en el estado de ánimo de las personas, fomentando el buen humor y proporcionando confianza y seguridad. Las señales de afecto que el gato nos proporciona también tienen un efecto positivo en nuestra psique, ayudando a enfermos convalecientes a salir adelante de su situación gracias a su simple presencia.

Compañía felina, siempre bienvenida

Muchos especialistas recomiendan a personas que viven solas la compañía de un gato. Además de los aspectos positivos en la salud mental que ofrecen los pequeños felinos fundamentales en la gatoterapia, los gatos no requieren de grandes cuidados, en comparación con, por ejemplo, los perros. Vivir acompañado de un gato también nos ayuda a comprendernos mejor a nosotros mismos y aceptarnos tal cual somos: los gatos no nos juzgan, no diferencian entre guapos y feos o ricos y pobres; solo reciben cariño y lo devuelven a su manera, de una forma completamente natural y sin artificios.

Las familias que conviven cerca de un gato también logran algunos beneficios psicológicos, puesto que fomentan y refuerzan la comunicación entre padres e hijos y entre hermanos. Este es uno de los aspectos positivos de la gatoterapia. Además, la convivencia familiar con animales enseña a los niños a responsabilizarse de ciertas tareas, a respetar y amar a otras especies, y esto redunda en el refuerzo de actitudes sosegadas, relajadas y de distensión del estrés.

Salud mental, gatoterapia y algunos datos

Los beneficios de la gatoterapia en personas con algún tipo de discapacidad física o psíquica o con alguna clase de trastorno emocional o psíquico, han sido estudiados. Por ejemplo, entre los trastornos asociados a demencias (Alzheimer), el autismo, el Síndrome de Down, el TDAH y los trastornos conductuales en niños y en trastornos del estado de ánimo, los beneficios parecen claros.