Estar bien por dentro se nota por fuera. Por ello, los expertos insisten en la necesidad de seguir un estilo de vida saludable, como el que plantea el Triángulo del Bienestar. Este modelo consiste en la adopción de un estilo de vida saludable compuesto por una alimentación variada y equilibrada, la práctica diaria de actividad física y el mantenimiento de una hidratación adecuada.

Para iniciar el primer punto del Triángulo del Bienestar nos centraremos en la dieta. Para ello, deben estar presentes todos los grupos de alimentos y nutrientes en cantidades moderadas y adaptadas a cada rango de edad, sexo, complexión y nivel de actividad física. A este respecto, el Instituto de Investigación Agua y Salud aconseja realizar cinco comidas a lo largo de la jornada, sin saltarse ninguna, incluir en ellas todos los grupos de alimentos en cantidades moderadas y acompañar con agua las comidas que hacemos.

Bienestar
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Los beneficios de la actividad física moderada han sido ampliamente documentados por expertos. Por ello, para que el Triángulo del Bienestar forme parte de nuestro día a día, no solo necesitamos de una buena alimentación… ¡Movernos también es fundamental!

Hidratación, ejercicio y alimentación saludable

Adoptar esta práctica nos permite:

  • Liberar el estrés del día a día.
  • Ayudar a mantener un peso adecuado.
  • Contribuir a prevenir problemas asociados a la edad.

Los expertos consideran que la actividad física produce la liberación de endorfinas, las cuales se encuentran ligadas a la sensación de plenitud o el estado de felicidad.

El tercer pilar del Triángulo del Bienestar está compuesto por la hidratación. Beber unos 2-2,5 litros de agua cada día, distribuidos a pequeños sorbos a lo largo de la jornada, ayudan a mantener el organismo hidratado y a disfrutar, por lo tanto, de un equilibrio hídrico adecuado.

Los expertos nos aseguran que llevar una botella de agua o tenerla a nuestro alcance allí donde estemos (en la calle, en el trabajo, etc.) nos permite hidratarnos en cualquier momento y lugar de una manera segura, sana y de calidad.

Además, forma una parte muy importante del ejercicio. De hecho, los expertos recomiendan tener una buena hidratación antes, durante y después de su práctica:

  • Antes de hacer ejercicio: en los 15 minutos previos, ingerir medio litro de agua en pequeños sorbos.
  • Durante el ejercicio: llevar nuestra botella de agua para beber ligeros tragos de agua con frecuencia.
  • Después: tomar agua durante la hora o las dos horas posteriores. En concreto, se aconseja ingerir unos 330 mililitros de agua (algo más de un vaso) cada dos horas, aproximadamente.

Así que recuerda: para adoptar un estilo de vida saludable pleno, ¡pon en marcha el Triángulo del Bienestar!