La llegada de las altas temperaturas, sumada al periodo estival, con los cambios de horarios y/o rutinas que conlleva, pueden resultar el cóctel perfecto para alterar los niveles de glucemia de las personas con diabetes. Por eso en verano hay que prestar una especial atención al control y la gestión de la patología en su conjunto, para evitar posibles complicaciones que conllevan cualquier cambio de este tipo. Y es que esta época trae consigo normalmente las merecidas vacaciones en las que las modificaciones en la alimentación o la reducción de la actividad física son inevitables.

Debemos cuidarnos por dentro y por fuera

De ahí que desde la Federación Española de Diabetes (FEDE) lancen una serie de recomendaciones y consejos con el objetivo de disfrutar sin prohibiciones, pero con control:

  • Alimentación saludable. Evitar las comidas copiosas, optar por las cocciones ligeras y aumentar la ingesta de frutas y verduras es fundamental para mantener una alimentación saludable durante el verano, según indican los expertos en nutrición en diabetes. Hay que leer con atención el etiquetado de los productos que se adquieren, para poder evitar aquellos que no sean recomendables por sus ingredientes o por la cantidad de éstos, como pueden ser azúcares añadidos o grasas vegetales. Además, se debe evitar el picoteo repleto de calorías vacías”, como las patatas fritas y galletas, y sustituirlo por fruta fresca, frutos secos y verduras y hortalizas, en crudo o en conserva.
Diabetes Verano
  • Ejercicio físico. Realizar actividad física, ajustada a cada individuo, es clave, entre otros temas, para evitar el aumento de peso, que podría crear complicaciones en la diabetes. Y siempre se debe hacer bajo las recomendaciones de los expertos, evitando las horas de mayor calor y manteniendo siempre una adecuada hidratación.
  • Hidratación constante. Cuando el cuerpo está deshidratado, la concentración de glucosa en sangre aumenta y provoca que los riñones traten de eliminarla mediante la orina. Es fundamental mantenerse hidratado, incluso cuando no se tiene sed, a través de agua, infusiones o bebidas sin azúcares añadidos, y evitar las bebidas con cafeína o alcohólicas, ya que producen deshidratación.
  • Adherencia al tratamiento. A pesar de las vacaciones y los cambios en las rutinas, continuar con el tratamiento pautado por el profesional médico logrará evitar posibles complicaciones de la diabetes. Si se tienen dudas o se quieren realizar cambios, se debe acudir al médico de referencia.

Viajes seguros para personas con diabetes

Al emprender rutas en la montaña o en la playa, los expertos recomiendan ir siempre acompañado de una mochila en frío para transportar los medicamentos necesarios para el control de la diabetes, además de llevar una botella de agua o cantimplora para ingerir agua de forma regular y mantener la hidratación.

En cuanto a la prevención del pie diabético, es muy importante que, durante la temporada de verano, se cuente con un calzado deportivo cómodo para realizar ejercicio o, simplemente, dar un paseo por la zona de vacaciones al aire libre. Además, se debe evitar andar descalzos, sobre todo si se tiene la glucosa alta, mala circulación o poca sensibilidad.

Cuidado de la piel en verano para personas con diabetes

Cuando se habla de la relación entre verano y diabetes, cuidarse por dentro es tan importante como hacerlo por fuera. La sequedad de la piel es un problema recurrente para las personas con esta patología, por lo que protegerse del sol es obligatorio aplicando cremas fotoprotectoras de factor 15 o superior, y así prevenir también quemaduras y otros problemas de piel, los cuales pueden aumentar los niveles de glucosa en sangre.

A todo esto se le debe añadir el uso de ropa ligera y suelta, ya que ayudan también a combatir el calor y la humedad. Y si, además, se acompaña de un sombrero, gorra o visera, se lograría una fotoprotección completa y eficaz.