Los niños van aprendiendo según pasan los años y durante todo ese periodo educativo es normal que, en ocasiones, no tengan un comportamiento adecuado. Pero algunos tienen patrones de conducta más disruptiva que deben ser tratadas por especialistas. Es el caso, por ejemplo, del trastorno de déficit de atención e hiperactividad, el TDAH.

Según la OMS, el TDAH es una patología psiquiátrica grave que afecta a entre un 5 y un 7% de los niños y entre un 4 y un 5% de los adultos. La ciencia parece haberse puesto de acuerdo en que su aparición se debe principalmente a factores genéticos en la mayoría de los casos, aunque también puede deberse a daños durante el periodo de gestación en el desarrollo del cerebro o a lesiones cerebrales durante los primeros meses de vida.

El TOD o trastorno de oposición desafiante

Pero no es el único. Otro trastorno que en ocasiones se confunde con el TDAH es el llamado trastorno de oposición desafiante (TOD). Para diagnosticarlo, los expertos se fijan en si el niño presenta un patrón prolongado de conducta o actitudes desafiantes hacia los padres, maestros u otros adultos, además de un estado de ánimo frecuentemente irritable y enojado.

Según esta revisión científica, los expertos estiman que entre el 1 y el 16 % de los niños y adolescentes pueden cumplir con los criterios para diagnosticar TOD. Por lo tanto, el TOD está relacionado con la conducta de un niño y cómo interactúa con su entorno de familia, amigos y profesores. El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo. Son condiciones diferentes, pero pueden ocurrir juntas. Algunos síntomas aparentemente desafiantes pueden estar relacionados con la impulsividad en el TDAH. De hecho, se calcula que alrededor de 40% de los niños con un diagnóstico de TDAH también puede tener TOD

Un niño diagnosticado sólo con TDAH también presentar comportamientos de TOD. Pero este no es un síntoma típico del trastorno. Cuando se presentan juntos, los niños no solo tienen problemas con el control de los impulsos, sino también un estado de ánimo enfadado o irritable que puede conducir a la agresión física. Estos niños pueden tener rabietas por la incapacidad de controlar su temperamento y muestran hostilidad hacia figuras autoritarias, negándose a cumplir con las normas y culpando a otros de sus errores.

Niño sonriente con su madre / Unsplash

Diagnóstico y tratamiento

No existe una prueba específica para diagnosticar TDAH o TOD. Por lo general, el diagnóstico se realiza después de un examen médico y una evaluación psicológica para descartar otras afecciones, como la depresión o los problemas de aprendizaje. Cuando estas condiciones se dan en un mismo niño, los tratamientos incluyen medicamentos para reducir la hiperactividad y la falta de atención, así como terapia para tratar el comportamiento. Pero cuando se presenta el TOD únicamente, no existe un tratamiento específico, como sí ocurre con el TDAH. En cualquier caso, la intervención temprana es crucial cuando un niño muestra síntomas estos trastornos.