Salir a caminar puede ser una buena estrategia para aliviar los síntomas de la depresión. Es un ejercicio aeróbico que tiene efectos beneficiosos similares a correr o nadar, pero con la ventaja de que la mayoría de las personas lo pueden practicar y es fácil incorporarlo a la rutina diaria.
Los beneficios del ejercicio físico sobre la depresión
Los tratamientos más habituales para combatir la depresión son las terapias psicológicas y los psicofármacos, que se pueden combinar. Ambos tienen un coste económico que, en caso de que la enfermedad se prolongue, puede ser una importante carga para la persona afectada. Por otro lado, desde hace años se aconseja practicar deportes aeróbicos (correr, ir en bicicleta o nadar) como una medida efectiva para combatir este trastorno mental.
Los tratamientos más habituales para combatir la depresión son las terapias psicológicas y los psicofármacos
Según un estudio de la Universidad de Texas (EE.UU.) publicado en el año 2011 en el Journal of Clinical Psychiatry, la práctica de actividad física, como correr o ir en bicicleta, durante media hora por lo menos tres días a la semana puede ser tan eficaz como un psicofármaco para casi la mitad de los pacientes con depresión moderada. Y, sobre todo, para aquellos cuyos síntomas no hayan mejorado con antidepresivos. Los efectos positivos se deben a que realizar ejercicio de manera regular incrementa los niveles de sustancias químicas cerebrales como la serotonina, principal neurotransmisor implicado en el estado de ánimo, que están disminuidos en el caso de las personas que sufren este problema de salud. Además, hacer ejercicio distrae y ayuda al aumento de la autoestima.
Ejercicio para la depresión: si no puedes correr, anda
Sin embargo, no todas las personas son capaces de salir a correr, nadar o ir en bicicleta; a veces, la edad avanzada o las lesiones lo impiden. Además, para mucha gente, salir a correr puede suponer un esfuerzo importante. Y cuesta todavía mucho más si se padece depresión, ya que la persona afectada tiene menos fuerza física y psicológica. No obstante, una reciente investigación señala que caminar también puede ser un buen antidepresivo.
Científicos de la Universidad de Stirling (Escocia) han revisado ocho investigaciones —que comprenden desde el año 1985 hasta el 2011— sobre la relación entre caminar y la depresión. Tras evaluar los resultados, afirman que andar a paso tranquilo puede ser un factor clave para combatir este trastorno mental. También indican que el efecto es mayor si se camina en un entorno natural. Las ventajas que ofrece salir a pasear frente a otro tipo de ejercicio es que no tiene casi contraindicaciones y está al alcance de casi todo el mundo.
Asimismo, se puede ir en compañía de otras personas, lo que fomenta el fortalecimiento de los vínculos sociales, que suelen quedar especialmente dañados cuando se sufre esta dolencia mental. De todos modos, los investigadores señalan que todavía es necesario establecer cuáles son la frecuencia, intensidad y manera de caminar adecuadas para cada tipo de persona con depresión en función de su estado físico y psicológico.