Si estás yendo cada vez más al gimnasio, o haciendo deporte al aire libre, o llevando una vida más sana, te interesará saber qué son las fibras musculares para conocer de primera mano qué está pasando en tu cuerpo.
¿Qué es una fibra muscular?
La fibra muscular (o miocito esquelético) es una célula multinucleada o sincitio. Este último término hace referencia a un cuerpo celular que presenta varios núcleos, debido a la fusión de varias células. Como la mayoría de las células en los organismos pluricelulares eucariotas tienen un único núcleo y un citoplasma bien delimitado, el sincitio es una estructura especial digna de mención.
Continuando con la definición clásica, podemos decir que una fibra muscular es el tipo celular que compone al tejido de la musculatura esquelética o estriada, es decir, aquella que se fija a los huesos y provoca los movimientos conscientes en el ser humano. La principal característica de este cuerpo celular será, por tanto, la contractilidad: la capacidad de acortar su propia longitud desencadenando un trabajo al hacerlo.
A partir de aquí, la cosa se pone un poco compleja. Lo mejor es imaginar el corte transversal de un músculo como un gran cable en el que se han almacenado otros muchos cables pequeños. Nos explicamos en las siguientes líneas.
Las fibras musculares y su complejidad
La organización de las fibras musculares
Si realizas el corte transversal de un músculo circular, lo primero que encontrarás en la parte más externa es el epimisio, una capa de tejido conjuntivo que está en contacto directo con el medio externo. Si te fijas más detenidamente, verás que dentro de la gran circunferencia que es el corte transversal, hay otras circunferencias más pequeñas agrupadas. Estos son los fascículos, que se encuentran rodeados por otra capa, conocida como perimisio.
Dentro del fascículo encontramos a las fibras musculares propiamente dichas, dispuestas en haz. Repasando lo que hemos aprendido hasta ahora:
Corte muscular (epimisio) > diversos fascículos (perimisio) > Fibras musculares
Haciendo una analogía, es como si dentro del revestimiento de un cable de gran diámetro (músculo) se introdujeran diversos cables más pequeños, pero también grandes (fascículos) y dentro de estos es donde estarían realmente los elementos conductores (fibras musculares).
La anatomía de la fibra muscular
La complejidad no terminaba ahí, pues te hemos descrito dónde se localiza la fibra muscular, pero no de qué está compuesta. Como célula que es, debe presentar orgánulos, citoplasma y núcleo, ¿verdad? Así es, pero en este caso, las miofibrillas ocupan gran parte del espacio celular, cambiando completamente la disposición típica de sus estructuras.
Comenzamos por lo básico: la fibra muscular presenta una membrana plasmática, como el resto de células de los seres vivos. Es una membrana semipermeable y lipídica, sin embargo, se extiende en forma de trabéculas dentro de la célula. A esta membrana se la conoce como sarcolema.
Como cualquier otra célula, la fibra muscular también necesita un citoplasma en el que se alberguen el resto de sustancias, y en este caso, se conoce como sarcoplasma. Este está compuesto por una fase de solución a base de agua, iones y moléculas pequeñas difusibles, que rodea a estructuras macromoleculares fijas, las miofibrillas.
Así pues, ya sabemos un poco más, pero te animamos a conocer de primera mano lo complejo de cualquier cuerpo humano, un mundo que nunca deja de sorprendes y fascinar.