Cuando hablamos de las agujetas, todos sabemos que se trata de unos dolores musculares que aparecen en determinadas zonas musculares después de la realización de un ejercicio más intenso de lo habitual. Hacen su aparición entre el primer y segundo día consecutivos a dicha práctica.

Sencillamente se trata de una serie de pequeñas roturas en las fibras musculares generadas por la realización de un sobre esfuerzo al que tu cuerpo no está preparado ni, por lo tanto, acostumbrado. Lo que ocasiona es la inflamación y dolor de las áreas afectadas. A nivel físico, esto se traduce en la sensación de pérdida de fuerza y flexibilidad de las zonas afectadas.

Hay que alejarse de falsos mitos

¿Cómo se quitan las agujetas? 3 remedios caseros

En definitiva, las agujetas generan una sensación de molestia física que termina desapareciendo. Hasta el momento en que volvemos a estar como nuevos, acostumbran a alejarnos de la práctica de ejercicio. Deja atrás el falso mito del vaso de agua con azúcar y toma nota de las siguientes medidas. Prepárate para acelerar el proceso de curación con las siguientes practicas.

Agujetas

Si lo que quieres es no sufrirlas, te recomendamos que trates de adaptar el nivel de actividad física a tus necesidades. No temas destinar entre 10 y 15 minutos al calentamiento previo.

1· Aplicación de frío en la zona afectada

Casi todas las personas que han pasado por un esguince de tobillo, saben que este remedio es realmente efectivo. Aunque te pueda sorprender, el frío tiene un efecto analgésico que no ayuda a disminuir considerablemente este tipo de molestias físicas.

Lo que debes hacer es aplicar una bolsa de gel o hielo sobre la zona en cuestión. Lo que estarás haciendo es reducir la inflamación de las fibras que se han visto afectadas durante el entrenamiento.

2· Realización del mismo ejercicio a menor intensidad

Si tu caso es que has vuelto a retomar el ejercicio después de una larga temporada con ausencia del mismo, lo normal es la aparición de las agujetas. Es ahí donde reside la importancia de llevar a cabo un entrenamiento personalizado. Una manera de poner fin a dichos dolores es realizar la práctica que los ocasionó pero en menor intensidad.

De esta manera se producirá un aumento del riego sanguíneo en las zonas afectadas, lo que te causará un proceso de curación más rápido y, al mismo tiempo, su fortalecimiento.

3· Masaje con aceite de ciprés y tomillo

Ambos elementos son antiinflamatorios naturales que te ayudarán a disminuir esta dolencia. Para lograr un resultado positivo, debes aplicarlos de manera individual. Comienza realizando un pequeño masaje con el aceite esencial de ciprés. Seguidamente debes aplicar la infusión de tomillo cuando esté a una temperatura tibia.