La ciencia ha demostrado que los ejercicios para potenciar la atención consciente (mindfulness) puede ser beneficioso para combatir la ansiedad, el dolor crónico y la depresión, como recoge este estudio de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos.
Son muchas las personas que no saben cómo llevar a cabo esta práctica por desconocimiento o porque creen que carecen de tiempo, pero lo cierto es que se pueden llevar a cabo ejercicios de atención plena cortos, eficaces y de la forma más insospechada. Las siguientes son algunas de ellas.
Crear una lista de cosas para dar las gracias
Crear una lista de gratitud puede ayudar a mejorar el bienestar porque pone en el foco cuestiones de nuestra vida por las que se puede estar agradecido. Se puede hacer a diario, por la noche, e incluir cinco elementos para dormirse por la noche con un pensamiento positivo.
Medita a la vez que caminas
Meditar mientras se camina es una buena forma de relajar la mente. Se puede hacer en cualquier lugar, ya sea cuando se va al trabajo, dando un paseo o haciendo la compra. Basta con realizar unos ejercicios respiratorios, calmar la mente, centrarse en lo que sucede en el cuerpo –sensaciones en los músculos, palpitaciones, seguimiento de la respiración– e intentar apartar cualquier pensamiento negativo que aparezca.
Conducción consciente
Al conducir se puede realizar un ejercicio para poner atención plena en la actividad que se realiza, notando la textura de la carretera por la que conduce, el sonido de los neumáticos, incluso la forma y la sensación del asiento, el entorno que se recorre (el terreno) o el horizonte que se tiene por delante.
Alimentación consciente
Se trata de una forma de alimentarse que requiere ser más consciente de los alimentos que tenemos delante, el proceso de masticación, la sensación que produce la comida en nuestra boca y su paso por el tubo digestivo. Para ello, hay que apagar cualquier fuente de ruido o distracción y concentrarse en cada bocado que introducimos en nuestro organismo.
Jardinería
La jardinería es una excelente manera de practicar la atención plena y conectarse con la naturaleza al mismo tiempo. Se pueden hacer tareas simples, como plantar algunas semillas o regar algunas flores. Mientras se lleva a cabo hay que ir notando la textura de la planta y de la tierra, sentir si está húmeda o seca, el clima exterior y fijarse en cualquier otra forma de vida alrededor, como un pájaro o un insecto.