A todas y todos nos gusta vernos en nuestro peso ideal. Aunque eso bajo ningún concepto debería obsesionarnos. La satisfacción con nuestro cuerpo es algo importante a nivel psicológico, y los kilos de más a veces pueden deberse a factores o hábitos a los que no prestamos demasiada atención. El sobrepeso o la obesidad son una acumulación excesiva de grasa, perjudicial para nuestra salud en muchos aspectos, y combatirla a veces puede ser complejo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la principal causa de la obesidad es la desigualdad entre las calorías consumidas y las calorías gastadas, algo que ya podíamos imaginar, y que se da por ejemplo, por el modo de vida sedentario de algunas personas, entre otras causas. Sin embargo de forma alternativa pero igualmente relevantes, hay algunos hábitos que contribuyen al sobrepeso y que normalmente pasan más desapercibidos, los cuales deberíamos tener en cuenta para combatir el sobrepeso y los múltiples problemas que se derivan de él.
Cambiar algunos hábitos nos puede ayudar
Comer excesivamente tarde puede contribuir al aumento de peso, tras un estudio de la Universidad de Colorado en Denver, Colorado (Estados Unidos). Se descubrió que las personas que comían más tarde durante el día, también se iban a la cama más tarde, sin embargo, la sincronización más tarde de las comidas se asoció con un mayor índice de masa corporal y también una mayor grasa corporal.
¿Y si nos saltamos las comidas? En este caso, nos podemos plantear qué pasaría si nos saltamos algunas de las comidas del día, lo cual provoca una subida del índica glucémico que tiene lugar en el organismo, “lo que conlleva una mayor sensación de hambre y la necesidad de más cantidad de comida para saciarnos”, explica a Efe la doctora Carolina Pérez, nutricionista de la Unidad de Obesidad de los Hospilates Quirónsalud de Torrevieja y Murcia. Y no solamente eso, sino que dejando de comer la grasa no se pierde, dado que "nuestro cuerpo entra en alerta, y reserva grasa provocando que nuestro metabolismo se ralentice en lo que llamamos el “efecto rebote”, explica también la doctora.
Por último, dormir poco tampoco es lo más indicado cuando tratamos de bajar peso, ya que dormir alrededor de cuatro horas parece que aumenta el hambre, lo cual a la larga también afectará a nuestros objetivos. En un estudio, el Nurses Health Study, se encontró que las mujeres que dormían como mucho cinco horas, tenían un 15% más de riesgo de desarrollar obesidad con comparación con las que dormían, por ejemplo, siete horas.