Practicar deporte cuando hace calor puede ser un desafío tanto físico como mental. Es fundamental encontrar un equilibrio entre mantener la rutina de ejercicio y cuidar la salud, evitando el riesgo de problemas como la deshidratación, el golpe de calor y el agotamiento. Saber cuánto exigirse en estas condiciones requiere una combinación de autoconocimiento, adaptación de la rutina y precauciones adicionales. Aquí se presentan algunas pautas para hacerlo de manera segura y efectiva.

 

 

Dar tiempo al cuerpo para aclimatarse al calor es fundamental. Gradualmente, se puede aumentar la intensidad y duración del ejercicio a medida que el cuerpo se adapta a las temperaturas más altas

 

Escuchar al cuerpo

El primer y más importante paso es aprender a escuchar al cuerpo. Sensaciones de mareo, debilidad, náuseas, dolores de cabeza, calambres musculares y sudoración excesiva son señales de alarma. Ignorar estos síntomas puede llevar a problemas graves de salud. Es crucial reconocer cuándo el cuerpo necesita un descanso y cuándo es seguro continuar. Aprender a interpretar estas señales requiere práctica y atención consciente.

 

Ajustar la intensidad del ejercicio

En días de mucho calor, es recomendable reducir la intensidad y la duración de las sesiones de entrenamiento. Optar por ejercicios menos intensos y de menor duración puede ayudar a mantener la actividad física sin poner en riesgo la salud. Por ejemplo, si normalmente se corre a un ritmo rápido, en días calurosos es mejor reducir la velocidad o alternar entre caminar y correr. Del mismo modo, reducir el tiempo total de ejercicio o dividir la sesión en segmentos más cortos puede ser beneficioso.

 

Hidratación adecuada

La hidratación es clave para el rendimiento y la seguridad durante el ejercicio en climas cálidos. Es importante beber agua antes, durante y después de la actividad física. No esperar a tener sed para beber agua, ya que la sed es un indicador tardío de deshidratación. En sesiones de ejercicio prolongadas, considerar el uso de bebidas deportivas que reemplacen electrolitos como el sodio y el potasio, que se pierden a través del sudor.

 

Una clave puede ser hidratarse con bebidas isotónicas para recuperar sodio y potasio que se liberan con el sudor/ Foto: Unsplash

 

Elección del momento y lugar de entrenamiento

Planificar las sesiones de ejercicio en las horas más frescas del día, como temprano en la mañana o al anochecer, puede ayudar a evitar las temperaturas más extremas. También es útil buscar lugares con sombra o entrenar en interiores cuando las temperaturas son muy altas. Esto no solo reduce el riesgo de sobrecalentamiento sino que también puede hacer que el ejercicio sea más agradable.

 

Vestimenta apropiada

Usar ropa adecuada puede marcar una gran diferencia. Optar por prendas ligeras, de colores claros y fabricadas con materiales transpirables que permitan la evaporación del sudor y mantengan el cuerpo fresco. Además, el uso de gorras, gafas de sol y protector solar es esencial para protegerse del daño solar.

 

Aclimatación

Dar tiempo al cuerpo para aclimatarse al calor es fundamental. Gradualmente, se puede aumentar la intensidad y duración del ejercicio a medida que el cuerpo se adapta a las temperaturas más altas. Este proceso puede tomar de una a dos semanas, durante las cuales se debe aumentar progresivamente la carga de ejercicio.

 

Consultar con profesionales

Si se tiene alguna condición médica preexistente o se siente inseguro sobre cómo manejar el ejercicio en condiciones de calor, es prudente consultar con un médico o un profesional del deporte. Ellos pueden proporcionar orientación personalizada basada en la salud individual y las necesidades específicas.

 

Conclusión

Saber cuánto exigirse en el deporte cuando hace calor implica un equilibrio entre mantenerse activo y proteger la salud. Escuchar al cuerpo, ajustar la intensidad del ejercicio, mantener una hidratación adecuada, elegir el momento y lugar correcto para entrenar, usar vestimenta apropiada, permitir la aclimatación y consultar con profesionales son pasos esenciales para lograr este equilibrio. Al tomar estas precauciones, se puede disfrutar de los beneficios del ejercicio sin comprometer la seguridad ni el bienestar.