Ganar músculo es un objetivo común entre los entusiastas del fitness, atletas y cualquier persona interesada en mejorar su salud y apariencia física. Un aspecto crucial para maximizar el crecimiento muscular es determinar el mejor momento del día para realizar entrenamientos de fuerza. Este artículo explora cómo los ritmos circadianos, la nutrición, y otros factores influyen en el momento óptimo para entrenar con el objetivo de ganar músculo.

 

Aunque la tarde parece ser el momento óptimo para entrenar debido a la temperatura corporal y los niveles hormonales favorables, lo más importante es encontrar un momento del día que se adapte a las preferencias personales y permita mantener una rutina constante

 

Ritmos circadianos y rendimiento físico

Los ritmos circadianos son ciclos de 24 horas que regulan diversas funciones biológicas, incluyendo el sueño, la liberación de hormonas y la temperatura corporal. Estos ciclos pueden influir significativamente en el rendimiento físico y, por ende, en la efectividad del entrenamiento de fuerza.

Investigaciones sugieren que la fuerza muscular y el rendimiento físico alcanzan su punto máximo en las tardes, generalmente entre las 14:00 y las 18:00 horas. Durante este período, la temperatura corporal es más alta, lo que mejora la función muscular y la coordinación. Además, los niveles de hormonas anabólicas, como la testosterona, también son elevados en la tarde, facilitando la síntesis de proteínas y el crecimiento muscular.

 

Entrenamiento en la mañana

Entrenar por la mañana tiene sus propias ventajas, aunque el rendimiento físico puede no estar en su punto máximo. Muchos encuentran que los entrenamientos matutinos ayudan a establecer una rutina constante, ya que hay menos interrupciones y compromisos en comparación con otras horas del día. Además, el ejercicio matutino puede aumentar la energía y el estado de alerta para el resto del día.

Para aquellos que prefieren entrenar en la mañana, es importante dedicar tiempo a un calentamiento adecuado. La temperatura corporal es más baja al despertar, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones si no se realiza un calentamiento adecuado. Un calentamiento que eleve gradualmente la temperatura corporal y prepare los músculos es esencial para maximizar la efectividad del entrenamiento matutino.

 

adam d NpIfQTe4EUQ unsplash
Los carbohidratos proporcionan la energía suficiente para entrenar/ Foto: Unsplash

 

Nutrición y suplementación

La nutrición también juega un papel crucial en la optimización del crecimiento muscular. Independientemente de la hora del día en que se entrene, es fundamental consumir una comida rica en proteínas y carbohidratos antes y después del ejercicio. Los carbohidratos proporcionan energía para el entrenamiento, mientras que las proteínas son esenciales para la reparación y el crecimiento muscular.

En la mañana, esto puede significar un desayuno que incluya alimentos como huevos, avena y frutas. Por la tarde, una comida equilibrada unas horas antes del entrenamiento, seguida de una ingesta de proteínas post-entrenamiento, puede ser ideal. La suplementación con aminoácidos de cadena ramificada (BCAA) antes y después del entrenamiento también puede ser beneficiosa para reducir la degradación muscular y apoyar la síntesis de proteínas.

 

Consistencia y preferencias personales

Si bien la ciencia sugiere que las tardes pueden ser el mejor momento para entrenar con el objetivo de ganar músculo, la consistencia y la adherencia a una rutina de ejercicios son factores aún más importantes. El mejor momento del día para entrenar es aquel que se ajusta a la rutina diaria de cada individuo y permite entrenar de manera constante.

 

Conclusión

Maximizar el crecimiento muscular implica considerar varios factores, incluyendo los ritmos circadianos, la nutrición y la consistencia del entrenamiento. Aunque la tarde parece ser el momento óptimo para entrenar debido a la temperatura corporal y los niveles hormonales favorables, lo más importante es encontrar un momento del día que se adapte a las preferencias personales y permita mantener una rutina constante. Al final, la dedicación y la persistencia son claves para lograr los objetivos de desarrollo muscular.