Las notamos en los momentos más inoportunos: cuando el silencio es sepulcral y estamos rodeados de gente (en una reunión de trabajo, en clase, en el teatro…) nos suenan las tripas. Tragamos saliva, pues las han oído los más cercanos, y nos encogemos de hombros disculpándonos y achacándolas al hambre. Pero no es del todo cierto. Las tripas rugen constantemente, aunque no siempre nos percatemos de ello. Y no solo pasa cuando tenemos el estómago vacío. Conoce por qué ocurre este curioso ruido abdominal.
Un sonido con muchas posibles causas
¿Por qué me suenan tanto las tripas?
Es más frecuente de lo que parece. A todos nos suenan las tripas. De hecho, los intestinos hacen ruido a todas horas y en cualquier circunstancia y etapa vital: cuando nos acostamos, después de comer, antes de la regla, en el embarazo, de bebés… Pero no siempre los notamos.
El intestino, como otros órganos huecos del sistema digestivo, sufre una serie de contracciones (peristaltismo) en su musculatura para impulsar los alimentos más o menos líquidos. Y este ruido abdominal que se produce por los desplazamientos de ese contenido hidroaéreo (gases y líquidos) del intestino tiene nombre: borborigmo, más coloquialmente conocido como ruido de tripas.

Posibles causas del ruido de la tripa
El sistema digestivo está en un movimiento constante. Hay momentos de menor o mayor actividad, pero en todos ellos hay ruido de tripas. Según comentan desde la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), “no hay base científica” en las causas.
- Hambre. Los intestinos se contraen todo el tiempo, pero, al no encontrar comida, empuja solo aire, así que al hacerlo se origina el sonido tan característico.
- Digestión. Durante el proceso de la digestión, el intestino impulsa el alimento y produce otro ruido abdominal perceptible o no.
- Gases. El intestino tiene gases, pero consumir alimentos que crean más gases o comer muy rápido también favorece una hiperactividad del intestino y, por tanto, el desarrollo de otros ruidos en las tripas.
- Diarrea. Las heces acuosas que salpican el intestino son más fuertes por los movimientos del intestino, lo que produce también borborigmos. Seguir una dieta para la diarrea puede evitarlos.
- Condiciones de malabsorción. El intestino delgado a veces no absorbe bien los nutrientes. Así sucede cuando hay intolerancia a la lactosa o celiaquía, por ejemplo. En estas circunstancias, como afirma la Fundación Internacional para los Trastornos Gastrointestinales Funcionales (IFFGD), es muy común que rugan las tripas.
- Obstrucción intestinal. La misma institución internacional también achaca a este bloqueo el hecho de que se aprecien ruidos intestinales muy fuertes.
- Enfermedades inflamatorias. Como detallan en la web MedlinePlus de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los sonidos abdominales hiperactivos pueden darse por enfermedad de Crohn, enteritis infecciosa o colitis infecciosa.
- Demasiados azúcares. La IFFGD considera que la fructosa o el sorbitol (presentes en frutas y como edulcorantes) pueden desencadenarlos.