El running es el entrenamiento de moda, el que más adeptos gana mes tras mes. Ahora todo el mundo se calza unas deportivas y sale a la calle a correr pensando que ya es uno más dentro de la comunidad runner. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Muchos creen que están haciendo running cuando lo que realmente están practicando es el jogging, más conocido en España como footing. Y sí, aunque ya no haya una sola persona que hable de hacer jogging o footing, la mayoría siguen practicándolo, solo que lo han renombrado erróneamente.

El running es el entrenamiento de moda

El jogging consiste en correr (o más bien trotar) al aire libre, sin prisa pero sin pausa. Es decir, mantienes un ritmo estable, sin caminar (eso ya es marcha nórdica), pero tampoco buscando batir una marca personal ni mejorar el rendimiento. Simplemente, corres de manera cómoda en un paisaje propicio para mantenerte a tono y sentirte bien. La regla no escrita es que eres un jogger cuando corres a menos de 10 kilómetros por hora o superas los 6'20" por kilómetro.

Jogging

El jogging se popularizó en Estados Unidos en los años 60-70 y un par de décadas después llegó a España, pero le cambiamos el nombre y lo llamamos footing. 

Pero al contrario que en el mundo runner, aquí no hay un plan competitivo establecido, ni importa tanto tu ritmo como pasar un buen rato haciendo tu hobby favorito, incluso con gente que comparte tu afición por el deporte. De hecho, el jogging es más bien una actividad social en la que, de paso, te pones en forma. Porque sí, al final se pierden calorías con el movimiento. Y no solo eso, sino que también sirve para fortalecer los músculos. Además, como sometemos al cuerpo a una menor intensidad física y a un menor impacto en las articulaciones que con el running, el riesgo de lesiones se reduce considerablemente, lo que lo convierte en un ejercicio ideal para todas las edades. Hasta la pisada es diferente, ya que aquí se balancea más el pie. Para que luego digan que son lo mismo…

Jogging

El running es una evolución del jogging. De hecho, hay mucha gente que empieza haciendo jogging y que, al verse cada vez con una mejor capacidad física, empieza a marcarse retos. Es esa la clave de esta actividad, y la principal distinción con respecto al footing. Un runner que no se marca un reto no es un runner. 

Se comienza por aumentar un poco la distancia recorrida por kilómetro, y se termina con una preparación exhaustiva para competir en carreras o maratones, universo en el que no suelen participar los joggers. Por lo tanto, el running nos acerca más al atletismo que al amateurismo. Se tienen en cuenta las distancias, los cronos, la velocidad, la resistencia, el ritmo cardíaco con los pulsómetros, el equipamiento (imprescindibles unas buenas zapatillas con amortiguación y ligereza aseguradas)... Más que un hobby, es un trabajo que hay que controlar a la perfección, estableciendo unas rutinas de entrenamiento que no debes saltarte. Sin embargo, la satisfacción que te genera el ver cómo sometes a tu cuerpo y cómo este te responde mejorando los tiempos es un placer indescriptible, aunque pueda traerte sufrimiento en forma de lesiones. Si tienes suerte con las lesiones, desarrollarás tu capacidad física y perderás calorías mucho más rápido que con el jogging.