Nuestros cerebros son un reflejo de lo que ponemos en nuestros cuerpos y una de las formas más importantes en que los influenciamos es la calidad de lo que comemos. Una dieta rica en nutrientes para el cerebro, de la cual la dieta mediterránea es un gran ejemplo, puede ayudar al cerebro y específicamente la salud mental a través de vías que van desde los neurotransmisores hasta la inflamación y el eje intestino-cerebro.

Aproximadamente el 95 por ciento de la serotonina (una hormona de la felicidad) se produce en el intestino, y el intestino está revestido de nervios y neuronas, por eso lo que pasa en el estómago puede afectar la calidad del estado anímico. Y así, cuando estás alimentando la barriga, también estás alimentando tu cerebro.

Para tratar de sentirnos más felices, vamos a ver a continuación cuáles son los tres grandes nutrientes que mejoran el estado de ánimo.

Grasas omega 3

Las grasas omega 3 se pueden encontrar en alimentos vegetales como nueces y semillas, pero los omega 3 que se han estudiado mejor por su vínculo con la salud mental son el ácido docosahexaenoico (DHA) y especialmente el ácido eicosapentaenoico (EPA). Estos se encuentran en concentraciones más altas en pescados azules como el salmón, las sardinas, la caballa, el arenque y las anchoas, así como en forma de suplementos.

También hay evidencia de que los omega 3 pueden ayudar a reducir la ansiedad. Y más allá del cerebro, los omega 3 también estimulan el flujo sanguíneo, mejoran la salud de la piel y contribuyen a la salud general de las membranas celulares.

Polifenoles

Los polifenoles son un grupo grande de moléculas vegetales. Comer ciertos tipos de polifenoles ricos en antioxidantes se ha relacionado con un menor riesgo de depresión. De igual manera, comer más polifenoles puede ser útil para el estado mental general y la protección del cerebro contra ciertos tipos de demencia.

Los polifenoles se encuentran comúnmente en frutas y verduras (particularmente en bayas y cebollas rojas), así como en café, té, chocolate amargo y especias como la cúrcuma y el clavo.

Granos de café / Unsplash

Probióticos

Relativamente nuevos en el campo de la investigación científica, los probióticos están en auge como un nutriente que puede ser muy beneficioso para el cerebro. Una gran cantidad de estudios recientes han sugerido que una de las formas más importantes en que podemos influir en nuestro cerebro es a través de la salud de nuestro intestino, incluidos los microbios que viven allí.

Eso se debe en parte a que nuestro intestino es donde se encuentra la mayor parte de nuestro sistema inmunitario y estas células inmunitarias pueden afectar lo que ingresa a nuestro torrente sanguíneo y, por lo tanto, influye en nuestro cerebro.

Se puede intentar promover una conexión saludable entre el intestino y el cerebro comiendo más alimentos prebióticos o alimentos que alimentan a las bacterias buenas del intestino. Para aquellos que pueden tolerarlo sin problemas gastrointestinales significativos, comer más verduras de hoja verde y cereales integrales puede ser un buen comienzo, y además el ajo, las cebollas y los puerros son excelentes fuentes de fibra prebiótica.