Cada vez hay más adeptos a la práctica del yoga. Sea cuál sea el motivo por el que hayáis decidido comenzar esta práctica (o si todavía no lo has hecho), os proponemos unos ejercicios para empezar y poco a poco subiendo, si queremos, el nivel de dificultad en las posturas. Entre los aspectos más importantes a la hora de una correcta realización de esta práctica, está la respiración. Sin embargo, ello no significa que no se puedan comenzar a realizar movimientos de yoga hasta terner del todo dominada la respiración. Ambas cosas se pueden aprender a la vez, y eso es lo que os proponemos.
La respiración es la base de la vida y lo que nos conecta con la misma
Las respiraciones conscientes
En yoga la respiración es un factor muy importante, no se trata solo de hacer ejercicio físico sino de oxigenar de manera consciente nuestro organismo. Para ello debemos aprender a respirar de forma voluntaria y realizar lo que se llama respiraciones completas.
La respiración es la base de la vida y lo que nos conecta con la misma. Aprender a respirar se convierte por tanto en algo fundamental en muchos sentidos, entre los que destacan: aprender a relajarnos a través de la respiración y oxigenar nuestro organismo.
La respiración completa consta de tres respiraciones básicas: la abdominal, la costal y la clavicular.
¿Cómo son las respiraciones abdominal, costal y clavicular?
Vamos a realizar primero cada una de estas respiraciones para después poder unirlas y realizar una respiración completa.
- Lo primero es ponernos en una postura en que estemos cómodos, preferiblemente sentados, y movilizar un poco nuestros hombros o cuello haciendo círculos para relajarnos.
- Cerraremos nuestros ojos e iremos respirando cogiendo aire por la nariz y soltándolo por la boca.
- Pondremos una de nuestras manos en el vientre, debajo de nuestro ombligo para observar cómo respiramos de forma natural. Después de unas pocas respiraciones, dirigiremos nuestra respiración hacia la zona abdominal, hinchando un poquito más el área donde hemos colocado nuestra mano. Mantendremos la atención del pensamiento en la zona y respiraremos sin forzar.
- Después pondremos las dos manos bajo el pecho y sobre las costillas. Hincharemos bien la zona de nuestro costado al respirar. Sentiremos cómo se infla y se desinfla. Y observaremos si otras zonas de nuestro cuerpo se llenan de aire.
- Llevamos ahora nuestra mano a la zona clavicular, encima del pecho, dirigiremos nuestra respiración hacia ahí y sentimos como es en esa zona. De nuevo, notaremos que se trata de una respiración más suave.
- Es importante no forzar la respiración en ningún momento. Nuestro cuerpo nos dirá cuando parar.
¿Cómo realizar la respiración completa o respiración yóguica?
Una vez hemos identificado los tres tipos de respiraciones es el momento de unirlas. Para ello, pondremos una mano bajo el vientre, en la zona abdominal, y la otra sobre el pecho, en la zona clavicular. Al inhalar, nos hincharemos desde la zona abdominal hasta la clavicular pasando por la costal y al exhalar a la inversa, de la clavicular a la abdominal.
Repetiremos esta respiración hasta cogerle el ritmo y poco a poco trataremos de inhalar un poco más de aire y de vaciarnos también un poco más. Es importante no forzar la respiración, si vemos que tenemos algún bloqueo es recomendable llegar solo hasta donde nuestro cuerpo nos permita y poco a poco ya iremos avanzando.