El Parlamento Europeo votó el pasado 8 de junio que los vehículos propulsados por diésel no puedan venderse a partir de 2035. Lo que puede verse como un buen paso, para los expertos no es suficiente y piensan que se tiene que acelerar el proceso. Es el caso de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) que ha pedido que se acelere el proceso de transición de los vehículos de combustible fósil (diésel) hacia los vehículos de emisiones cero (totalmente eléctricos).

De esta forma, se conseguirá reducir el impacto de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y de partículas finas (PM) que generan y que son dañinas para el medio ambiente y para la salud de las personas.

Quién contamina y sus consecuencias

En un reciente informe elaborado por la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA) se recuerda que los contaminantes NOx y PM son los mayores causantes de la contaminación del aire, junto al dióxido de carbono. Y España es uno de los países que más contribuye con las emisiones de NOx y PM del continente europeo, junto con Bulgaria, Francia, Polonia, Eslovenia y Hungría.

El transporte por carretera es una de las principales fuentes de emisiones de gases nocivos para el medio ambiente, la salud humana y, por ende, para las empresas. En los países de la Unión Europea, en 2019, las partículas finas (PM2.5) causaron 307.000 muertes prematuras, el NO2 causó 40.400 muertos y el ozono tóxico (O3), 16.800 fallecidos. Los motores de combustión interna son una fuente importante de estos tres contaminantes. En 2030 se estima que el diésel será el responsable de las tres cuartas partes de los costos de las emisiones de los vehículos de carretera.

Vehículo eléctrico / Unsplash

Sustitutivos

El nuevo informe de la EPHA incide en que la sustitución de los vehículos diésel por vehículos eléctricos sería el escenario más efectivo para reducir las emisiones de NOx y PM. El informe expone que se contemplan otros escenarios para reducir estas emisiones, pero que son menos efectivos. Las emisiones de NOx del depósito a la rueda también pueden reducirse reemplazando los vehículos diésel por vehículos híbridos enchufables o vehículos que funcionan con gas natural, pero las emisiones de PM se rebajan mucho menos.

La gasolina y el diésel son combustibles fósiles y no renovables. En los últimos años se han planteado sustitutos renovables de la gasolina, que emiten menos emisiones y que, por lo tanto, son menos contaminantes. Pero algunas de ellas, como el gas licuado de petróleo (GLP), el etanol (EBS) y el aceite vegetal o hidrotratado (HVO) son limitadas e incluso conducen a un aumento de las emisiones.

El informe plantea que también se pueden hacer reducciones adicionales en los costes externos con intervenciones políticas no técnicas, como promover la movilidad activa, invitando a caminar y a ir en bicicleta, hábitos que conducen a menos movimientos motorizados. No se trata de la salud del futuro, tenemos que ser conscientes que estamos hablando de la salud del presente y de la salud de todos, según la SEPAR.