Observarse a uno mismo puede parecer algo egocéntrico pero es necesario. Mientras lees este artículo, dedícate un minuto y toma conciencia de tu postura. ¿Cómo es? ¿Crees que es la correcta o sientes que estás forzado/a? Probablemente necesites mejorar la postura corporal y no te lo hayas planteado nunca.
Corregir la postura es fundamental a medio y largo plazo
A pesar de que las personas que cuidan la postura siempre dan mejor imagen, rectificarla es una cuestión de salud, pues ayuda a prevenir dolencias musculares, de los huesos y contribuye al bienestar general. La vida sedentaria, el sobrepeso y utilizar un calzado incorrecto son las causas más comunes de la mala postura.
Consecuencias de una mala postura:
Antes de conocer las pautas para mejorar la postura corporal, conviene conocer las consecuencias de no mantener la espalda, los hombros y la cadera en su posición correcta:
- La espalda encorvada hace que las vértebras se vean afectadas y da lugar a problemas de circulación.
- Encoger los hombros hace que algunos músculos estén relajados y otros, que también deberían estarlo, estén tensionados continuamente. Esto produce dolor cervical y en la zona del trapecio.
- Una postura fija del cuello mientras trabajas, estudias o simplemente mientras duermes da origen a la conocida tortícolis, producida por la inflamación de los nervios cervicales.
- Por contra, las personas que trabajan realizando movimientos repetitivos de muñeca o utilizan constantemente el teclado o el ratón, pueden sufrir epicondilitis (inflamación de los tendones que unen los músculos del antebrazo y la mano con el epicóndilo).
Cómo mejorar la postura corporal:
Para mejorar la postura corporal toma nota de los siguientes consejos:
- Corregir la pelvis:
Esta zona se ve más afectada en aquellas personas que llevan una vida sedentaria y permanecen sentadas la mayor parte del día. Para evitarlo, puedes hacer este ejercicio cada día:
- Siéntate en el borde de una silla, apoya los pies en el suelo, bien alineados con las rodillas.
- Mueve tu pelvis hacia delante y hacia atrás, intentando encontrar un buen equilibrio en la cabeza, el cuello y el tórax.
- Enderezar la espalda:
La consecuencia más visible de una mala postura en la espalda es la temida joroba. Si estás mucho tiempo sentado/a, procura hacer ejercicios de estiramiento. Mantente erguido y procura contraer el abdomen.
- Relajar el cuello y las cervicales:
El cuello es la zona más vulnerable a las tensiones provocadas por el estrés que sufrimos a diario. Cuando estés sentado/a, es importante que mantengas la cabeza alineada con la espalda y la barbilla ligeramente hacia arriba.
- Relajar los hombros:
Encoger los hombros hacia delante suele ser consecuencia de una mala postura en la espalda. Para remediarlo haz cada día el siguiente estiramiento:
Colócate de pie, extiende tus brazos hacia detrás y junta las palmas de tus manos. Si sueles tensionar los hombros, notarás un gran alivio con este simple ejercicio.
Finalmente, si quieres mejorar la postura corporal completamente, es importante que tomes conciencia de cómo es tu postura al caminar. Debes intentar que sea lo más natural posible, que el movimiento de tus piernas vaya acorde al de tus brazos y que tus pasos no sean ni forzados ni muy cortos.