La higiene de las orejas es fundamental para prevenir tapones de cerumen y evitar infecciones. El cerumen, o cera de los oídos, es una sustancia natural que protege el canal auditivo, atrapando polvo y partículas extrañas. Sin embargo, el exceso de cerumen puede provocar molestias, pérdida auditiva temporal y aumentar el riesgo de infecciones. A continuación, se describen las mejores prácticas para mantener una buena higiene de las orejas.

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El uso de auriculares impide una ventilación adecuada del oído/ Foto: Unsplash

 

El uso prolongado de auriculares puede contribuir a la acumulación de cerumen y aumentar el riesgo de infecciones debido a la falta de ventilación adecuada

 

1. Evitar el uso de hisopos de algodón

Una de las recomendaciones más importantes es evitar el uso de hisopos de algodón (cotonetes) para limpiar el interior del canal auditivo. Aunque es una práctica común, los hisopos pueden empujar el cerumen más profundamente en el canal, causando un bloqueo y potencialmente dañando el tímpano. En lugar de limpiar, esta práctica puede agravar la acumulación de cerumen y aumentar el riesgo de infecciones.

 

2. Limpieza externa adecuada

La limpieza de las orejas debe limitarse a la parte externa. Se puede utilizar un paño húmedo para limpiar suavemente la oreja externa, sin introducir objetos en el canal auditivo. Esta práctica es suficiente para eliminar cualquier suciedad visible y mantener la higiene sin interferir con el proceso natural de autolimpieza del oído.

 

3. Uso de soluciones salinas o gotas específicas

Para personas propensas a la acumulación de cerumen, se recomienda el uso de soluciones salinas o gotas específicas para los oídos que ablanden y ayuden a eliminar el cerumen de manera natural. Estas soluciones están disponibles en farmacias y suelen ser seguras y efectivas. Se deben seguir las instrucciones del producto y, si es necesario, consultar con un médico antes de su uso.

 

4. Evitar la introducción de objetos extraños

Es crucial evitar la introducción de cualquier objeto extraño en el canal auditivo, como lápices, horquillas o incluso las uñas. Estos objetos pueden causar daños en el canal auditivo o en el tímpano y aumentar el riesgo de infecciones y tapones.

 

5. Mantener los oídos secos

El exceso de humedad en los oídos puede crear un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y hongos, lo que puede llevar a infecciones como la otitis externa (conocida como "oído de nadador"). Después de nadar o ducharse, es importante secar bien las orejas. Se puede utilizar una toalla suave para secar la parte externa del oído y, en caso de sentir agua atrapada en el canal auditivo, inclinar la cabeza para ayudar a drenar el agua.

 

6. Consultar con un profesional de la salud

Para aquellos que experimentan problemas recurrentes con el cerumen o infecciones de oído, es recomendable consultar con un otorrinolaringólogo (especialista en oídos, nariz y garganta). Estos profesionales pueden realizar una limpieza segura del canal auditivo y proporcionar tratamientos adecuados para prevenir futuras acumulaciones de cerumen e infecciones.

 

7. Evitar el uso excesivo de auriculares

El uso prolongado de auriculares puede contribuir a la acumulación de cerumen y aumentar el riesgo de infecciones debido a la falta de ventilación adecuada. Se recomienda limitar el uso de auriculares y asegurarse de que estén limpios antes de usarlos.

 

En resumen, la mejor manera de mantener una buena higiene de las orejas y evitar tapones o infecciones incluye evitar el uso de hisopos de algodón, limpiar solo la parte externa, usar soluciones salinas o gotas específicas, evitar objetos extraños, mantener los oídos secos, consultar con profesionales de la salud cuando sea necesario y evitar el uso excesivo de auriculares. Siguiendo estas prácticas, se puede mantener la salud auditiva y prevenir problemas relacionados con la acumulación de cerumen y las infecciones de oído.