La fibromialgia es una afección crónica que provoca síntomas como dolor en los músculos y huesos, sensibilidad, fatiga general y trastornos del sueño y cognitivos. Es un padecimiento que puede ser difícil de entender incluso para los médicos. Sus síntomas son similares a los de otras condiciones, y no hay pruebas para confirmar definitivamente un diagnóstico. Como resultado de esto, la fibromialgia a menudo se diagnostica erróneamente.

Se calcula que alrededor de un 2 % de la población está diagnosticada con fibromialgia y la mayoría de los casos se diagnostican en mujeres de mediana edad.

Desconocimiento

En el pasado, algunos profesionales de la salud incluso cuestionaron si la fibromialgia era real. Hoy en día, afortunadamente, se entiende mejor. Algunos de los estigmas que antes rodeaban a la fibromialgia se han aliviado, pero aún puede ser difícil de tratar. Los medicamentos, la terapia y los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlar sus síntomas y mejorar la calidad de vida de quien lo padece.

La fibromialgia no se puede prevenir. El tratamiento adecuado y los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de los síntomas. Las personas con fibromialgia intentan prevenir los brotes en lugar de tratar de prevenir el síndrome en sí. Eso sí, hay varias cosas que se pueden hacer para prevenir el agravamiento de sus síntomas, como vamos a ver a continuación.

Mujer llorando de dolor / Unsplash

Prevención

  • Dormir lo suficiente

La falta de sueño reparador es tanto un síntoma de la fibromialgia como una causa de los brotes. La falta de sueño crea un ciclo de más dolor, lo que dificulta el sueño, lo que provoca más dolor, y así sucesivamente. Se recomienda romper el ciclo yendo a la cama a la misma hora todas las noches y practicando buenos hábitos de sueño.

Intentar relajarse una hora antes de acostarse apagando la televisión y otros dispositivos electrónicos. Leer, tomar un baño templado o meditar son buenas maneras de relajarse y prepararse para un sueño más profundo. El médico puede recetar una ayuda para dormir si se tienen problemas persistentes para conciliar el sueño o para permanecer dormido.

  • Reducir el estrés emocional y mental

Los síntomas de la fibromialgia empeoran con el estrés. Se pueden reducir los brotes al minimizar las cosas que causan estrés. Eliminar las fuentes de estrés, como las relaciones poco saludables o los ambientes de trabajo tensos, es una forma de hacerlo.

Para intentar acabar con el estrés se puede recurrir a meditación, relajación, acupuntura y técnicas de respiración profunda.

  • Hacer ejercicio regularmente

El ejercicio regular y moderado puede mantener saludables los músculos y las articulaciones. Eso sí, sin excesos. Caminar es una buena manera de mantenerse saludable y activo sin un esfuerzo extenuante.

  • Llevar una dieta equilibrada

Algunas personas con fibromialgia encuentran que ciertos alimentos empeoran sus síntomas. Los problemas gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable, a veces acompañan a la fibromialgia. Se pueden reducir los brotes llevando una dieta equilibrada y evitando alimentos y bebidas que empeoren sus síntomas. A menudo es mejor minimizar la cafeína, la comida frita y los alimentos ricos en sal.

  • Controlar los síntomas

Llevar un diario sobre los síntomas puede ayudar a identificar las cosas que causan los brotes. Enumerar información sobre lo que se come, cómo se siente después de comer y documentar sus actividades diarias puede proporcionar información sobre lo que está agravando los síntomas. El diario también puede ser una herramienta útil para el médico y que con esa información recete el mejor tratamiento.

Cada caso de fibromialgia es diferente. Es posible que se encuentren otros enfoques que funcionen mejor para disminuir los síntomas y reducir los brotes.