Todas las personas tienen dentro de sí mismas una motivación única que visa tener un cuerpo perfecto y sentirse atractivas ante los demás, sobre todo ante el sexo opuesto, sea la pareja o incluso los compañeros del gimnasio. Para ello hay planes que conllevan un complemento entre dieta, suplementación, entrenamiento y, por supuesto, descanso, pero dentro de la dieta hay un indicador relevante que induce a la persona a manipular su vida de acuerdo a sus sentimientos o a su mente. El apetito es un factor nutricional importante, así que sugerimos los siguientes consejos, que pueden ayudar a mantener la línea engañando al cerebro.

El consejo de oro

Como siempre decimos, lo mejor es comer más veces y en menos cantidad, haciendo como mínimo 6 comidas diarias y tomando algún que otro suplemento inhibidor de apetito o recorriendo un truco que conocemos para que el snack entre comidas sea, además de saludable, saciante. Es mejor no dejar de comer, ya que solo crea más dificultad para adelgazar.

El mejor consejo: comer más veces y en menos cantidad

Dieta
Dieta

Aceite en las ensaladas

Usar un poco de aceite para templar las ensaladas o incluso cambiar el vinagre por el aceite ayuda a mantenerse más tiempo saciado, es decir, sin sentir apetito.

Beber bastante agua

Mantener el estómago lleno ayuda a engañar el cerebro y así evitar el hambre, y para complementar, dotamos al cuerpo de una buena hidratación y de todos los beneficios del agua, especialmente cuando se entrena duro.

El café mata al apetito

El café sin azúcar con stevia (el edulcorante natural 0 calorías), por ejemplo, libera unas endorfinas en el organismo que inmediatamente acaban con las ganas de comer de seguido.

Consumir vegetales

Siempre se los debe tener en cuenta, porque son alimentos óptimos para tenerlos siempre cortados y picados en la nevera. Y también porque contienen muchas vitaminas y pocas calorías.

Caminar al aire libre

Antes de comenzar a sentir hambre, se puede hacer una buena caminata al aire libre y respirar un poco, preferentemente en parques bien boscosos, lejos de los restaurantes de comida rápida. A fin de cuentas, aunque se llegue a casa con hambre, con esta rutina ya se habrán quemado algunas calorías, así que se podrá comer algo más calórico sin preocupación.

Ocupar el tiempo libre

Muchas veces, tener apetito está vinculado a la ansiedad. Por este motivo hay que buscar alguna actividad que llene el tiempo libre y olvidarse de la comida, pues quien comanda el apetito no es el estómago, sino el cerebro.

Comer lo importante

Es mejor consumir alimentos que contengan fibra, como los copos de avena o los cereales integrales, ya que la fribra ayuda a absorber la grasa del organismo y a mejorar el funcionamiento del intestino.

Opción para los dulces

Sobre todo para las mujeres, el dulce es casi un objeto sagrado, y más cuando hablamos de chocolate, que para algunos es un respiro. Pero para resolver el problema del dulce, es mejor tener en la nevera una buena gelatina o mousse de chocolate light y algunas almendras o nueces, que con yogur forman una combinación buenísima y saludable.

Seleccionar los tés

Una buena combinación son las infusiones calmantes con el té verde. Las primeras pueden tener un efecto anestésico y disminuir el apetito, y el segundo ayuda a quemar las grasas y a acelerar el metabolismo.

Comer despacio

Además de masticar con serenidad y sin apuros, se debe prestar atención en lo que se está ingiriendo, y, aunque es una regla importante para el adelgazamiento, pocas personas consiguen seguir este consejo. Cuanto más se mastica y se tarda en terminar la comida, menos se comerá, y por más tiempo el cerebro tendrá la información de que está bien alimentado.

Este es un método de engañar al cerebro que induce a pensar que se ingirió una buena cantidad de alimentos, aunque no se lo realizó totalmente.