Tanto si estás empezando a correr por suelo urbano, por caminos, o si por el contrario tienes la suerte (y fortaleza) de correr por la montaña, todo ello son actividades que requieren de unas articulaciones especialmente fuertes. Nuestros tobillos se ponen a prueba en cada zancada y el nivel de exigencia para ellos es muy elevado dependiendo a qué ritmos y en qué superfícies estemos desarrollando la actividad. Mejorar la movilidad articular del pie y del tobillo nos ayudará a tener una pisada más eficiente y a disminuir a la vez el riesgo de sufrir lesiones, sobre todo en zonas especialmente sensibles como el tendón de Aquiles o la planta del pie (fascitis).
La pisada es muy importante a la hora de hacer ejercicio
Si te preocupa la fuerza y resistencia de tus tobillos, hemos decidido compartir unos ejercicios simples y básicos pero que a la vez resultan eficientes para fortalecer esta parte tan importante de tus piernas.
• Andar de puntillas. Hacia delante, hacia dentro y hacia fuera, con pasos muy cortos, andar de puntillas elevando al máximo los talones. Podemos hacerlo de tres maneras: con la punta de los pies hacia delante, con la punta de los pies hacia fuera y con la punta de los pies hacia dentro.
• Andar de talones. Del mismo modo que el ejercicio anterior, con estas tres variantes: punta de los pies hacia delante, punta de los pies hacia fuera y punta de los pies hacia dentro.
• Zancada corta elevando rodilla. Coordinando bien con el movimiento de brazos, llevando el codo atrás, elevando una solo pierna. Después la otra.
• Saltos cortos. Corriendo de puntera, sin flexionar la rodilla, dar saltos cortos impulsándote con el tobillo, tratando de subir más que de avanzar.
• Skipping clásico. Tirando de brazos y con los codos flexionados. Corre elevando de manera exagerada las rodillas, con movimientos rápidos y frecuencia alta y sin apenas avanzar del sitio.
• Skipping trasero. Del mismo modo que el ejercicio anterior pero esta vez con el tronco echado ligeramente hacia delante, correr mientras tocamos los glúteos con los talones de la zapatilla y los brazos estirados “amortiguando” el toque en el glúteo.
• Correr “con los brazos”. Trata de correr de puntillas sin apenas flexionar las rodillas, llevando los pies hacia delante y tirando mucho de los brazos hacia atrás.
Y si todo esto te resulta o parece poco, siempre puedes consultar con especialistas. Ellos pueden examinar tu pisada, en qué puedes mejorar, y qué grupos musculares fortalecer para beneficiar a todo tu cuerpo. Y es que lamentablemente muchas veces no prestamos atención a nuestra pisada, pero es muy importante a la hora de realizar los ejercicios correctamente.