La enfermedad diverticular es una condición común que se caracteriza por la presencia de unas bolsas en la pared del colon, llamadas divertículos. En la mayoría de los casos, los divertículos no causan ningún síntoma, pero a veces pueden inflamarse y/o infectarse, lo que provoca una afección llamada diverticulitis.
Aunque aproximadamente la mitad de las personas mayores de 60 años tienen divertículos en el colon, solo entre el 10% y el 25% de esas personas desarrollan diverticulitis.
El intestino grueso
Los divertículos generalmente ocurren en el colon, que es una de las partes del intestino grueso. La mayoría de las veces, los divertículos se desarrollan en el colon sigmoide, que es la última sección del intestino grueso que se conecta al recto. El colon sigmoide se encuentra en el lado izquierdo del abdomen, por lo que la diverticulitis suele asociarse con dolor abdominal en ese lado izquierdo.
Los divertículos también pueden ocurrir en otras partes del intestino grueso, pero de manera menos común.
Síntomas de la diverticulitis
El síntoma más común de la diverticulitis es el dolor abdominal, que tiende a ser constante y también puede durar varios días. En algunos casos, el dolor puede ser severo. Puede ocurrir sangrado rectal, pero no es un signo común en la diverticulitis. Otros síntomas pueden incluir escalofríos, estreñimiento, calambres, hinchazón, diarrea, gases, fiebre, falta de apetito, náuseas, vómitos y, menos frecuentemente, sangrado rectal.
Causas de divertículos en el colon
No se sabe por qué algunas personas con enfermedad diverticular desarrollan diverticulitis. Se están investigando teorías, pero los investigadores actualmente no tienen respuestas definitivas sobre las causas de la diverticulitis.
En principio, se pensó que ingerir ciertos alimentos como semillas, frutos secos o maíz podría desencadenar diverticulitis en personas que tenían enfermedad diverticular, pero hoy por hoy está casi descartado. Lo que sí parece ser es que hay hombres en los que comer más carne roja puede estar asociado con un mayor riesgo de desarrollar diverticulitis.
Otra teoría es que existe una asociación con un virus llamado citomegalovirus. Este virus es común y puede transmitirse de una persona a otra a través de fluidos corporales. Cuando el citomegalovirus se contrae por primera vez, puede causar síntomas similares a los de la gripe (fiebre, dolor de garganta, fatiga, ganglios linfáticos inflamados), pero luego puede pasar a una etapa inactiva. El virus puede permanecer latente en el cuerpo. Sin embargo, en algunos casos el virus puede reactivarse. Se cree que la reactivación del citomagalovirus podría tener una conexión con la diverticulitis.
También hay otros factores potenciales que pueden contribuir al desarrollo de la diverticulitis incluyen la acumulación de bacterias nocivas en un divertículo, la interrupción en el nivel de bacterias saludables en el colon, el exceso de peso, un estilo de vida sedentario, fumar y tomar determinados medicamentos.
Diagnóstico de la diverticulitis
La diverticulitis se diagnostica con una tomografía computarizada (TC) abdominal. Una tomografía computarizada es un tipo de radiografía que se realiza con el uso de un medio de contraste. Este se bebe y se administra por vía intravenosa. Esto es para asegurar que la estructura del colon se visualice completamente y se pueda hacer un diagnóstico de diverticulitis.
En algunos casos, se pueden usar pruebas adicionales si se sospecha que existen otras afecciones o complicaciones asociadas con la diverticulitis. Estos serán altamente individualizados según el estado del paciente y la preferencia del médico.
Tratamiento
Para los pacientes que tienen diverticulitis no complicada, lo que significa que no hay problemas asociados, como un absceso o una fístula, el tratamiento se realiza en casa. Se suele prescribir dieta líquida y reposo junto con antibióticos.
Para la diverticulitis más complicada, donde hay síntomas graves u otras afecciones, es posible que se necesite tratamiento en el hospital. El tratamiento hospitalario puede incluir ayuno, líquidos por vía intravenosa y antibióticos. La mayoría de los pacientes mejoran rápidamente. Por lo general, la cirugía solo se realiza cuando ocurre otro problema grave, como una perforación en el colon.