Seguro que has escuchado hablar o alguna vez te has cruzado con alguien que sale a correr en ayunas, pero es probable que no tengas una idea del todo clara de por qué lo hacen. Qué persiguen, cómo les afecta y si esa práctica tiene beneficios o desventajas. Nuestro propósito esta semana es desvelarte en las siguientes líneas qué supone correr en ayunas para el cuerpo y la mente y cómo esta técnica repercute en el rendimiento deportivo. ¿Listo? Vamos allá.

 

 

Qué se entiende por correr en ayunas

Lo primero que hemos de abordar es el significado de correr en ayunas. Como a buen seguro estarás pensando (si es que no lo sabías ya), correr en ayunas significa hacerlo después de haber pasado al menos ocho horas sin haber ingerido ningún alimento.

Evidentemente lo más fácil es que ese periodo de tiempo se produzca por la noche mientras dormimos, pero también puede darse el caso de que haya personas que decidan correr en ayunas por la noche cuando hayan pasado ocho horas desde la última vez que comieron.

 

Cuando se empieza a salir a correr en ayunas es aconsejable que previamente se haya hecho una preparación y se haya logrado una progresión adecuada

 

Cuál es el objetivo

A nivel físico el objetivo de correr en ayunas es que nuestro organismo tire de las grasas acumuladas para obtener energía una vez compruebe que en nuestro hígado hay unos niveles mínimos de carbohidratos a los que, de otra forma, recurriría debido al tiempo que no se ha ingerido ningún alimento.

Cuando eso sucede el organismo utiliza esa grasa acumulada como combustible. Y eso se traduce, seguro que ya lo has adivinado, en una buena técnica para adelgazar siempre y cuando, eso sí, mantengas a raya tu ingesta calórica. Dicho de otro modo, de nada sirve que te pegues un atracón a comer y, pasadas ocho horas, salgas a correr.

 

Ventajas de correr en ayunas

Además de la quema de grasas mencionada anteriormente, una de las ventajas de correr en ayunas que destacan quienes practican esta técnica es la organización del tiempo. Seguro que no te extraña que a veces se haga cuesta arriba organizar la agenda para dejar margen al running, ¿verdad? De ahí que haya tanta gente que apueste por correr en ayunas para hacer su ratito de deporte antes de lanzarse a la jornada laboral. ¿Es tu caso? ¿Quieres que lo sea?

 

Señal de alarma

Si este planteamiento te ha gustado y quieres sumarte a él, ¡ojo! Cuando se empieza a salir a correr en ayunas es aconsejable que previamente se haya hecho una preparación y se haya logrado una progresión adecuada. Porque existe el riesgo de que sufras mareos, náuseas, vómitos e incluso pérdidas de conocimiento por bajos niveles de glucosa en sangre, llegando incluso a poder sufrir casos de hipoglucemia.

 

Posibles desventajas

Además de lo anterior, otra posible desventaja de correr en ayunas puede observarse si se trabaja a una alta intensidad, se hacen cambios de ritmo en la carrera o intervalos o el ejercicio se complementa con entrenos musculares. ¿Por qué? Porque en esos casos el cuerpo puede quedar en estado catabólico y destruir masa muscular para obtener energía. Por lo tanto, si quieres aumentar masa muscular y eres de los que sale a correr, no lo hagas en ayunas. De lo contrario, estarás yendo en contra de tu objetivo.

 

Riesgos de correr en ayunas

¡Importante también! Si sales a correr en ayunas, aunque seas un/a runner experimentado ten en cuenta que en algunas ocasiones puedes sentir malestar o incomodidad. Incapacidad para hacer entrenamientos muy intensos y, en el peor de los casos, padecer hipoglucemia o catabolismo muscular. ¡No te excedas!

Lo que sí te recomendamos es que siempre estés hidratado, lleves algo de comida contigo por si te encontrases mal durante el entreno y regules la velocidad, ya que ésta no puede ser la misma al no disponer de la energía necesaria. Y si eres nuevo en esto, ve poco a poco, probando primero con un ayuno corto, de pocas horas, hasta que alcances el ayuno total de las ocho horas.