Tomar el sol en exceso puede aumentar las probabilidades de sufrir un melanoma. En España, los casos de este cáncer de piel han aumentado un 102% en las últimas décadas. Estas cifras empeoran en países como EE.UU., donde una persona muere cada hora por esta causa. De ahí la importancia de poder detectarlos en poco tiempo; de hecho, un dermatólogo solo tarda tres minutos en diagnosticar un melanoma con un 90% de fiabilidad. Este tipo de cáncer puede surgir en cualquier parte del cuerpo, pero es más común en las áreas con mayor exposición al sol como la cara, el cuello, las manos y los brazos. Este artículo explica qué manchas son preocupantes y cómo hay que realizarse un autoexamen de la piel.

 

Más melanomas con más supervivencia

Los expertos españoles son optimistas con el melanoma, el cáncer de piel más agresivo. Hace algunos años, la tasa de supervivencia apenas alcanzaba un 1% cuando se detectaba en fases avanzadas. Hoy, si se descubre en su estadio inicial, el tratamiento permite que la supervivencia pueda llegar al 100%. Esa es la clave: la detección temprana. De ahí la importancia de poder diagnosticarlos en poco tiempo y de forma sencilla.

Los tipos más frecuentes de cáncer de piel son tres: carcinoma de células basales (el más común no-melanoma que se da en las zonas expuestas al sol); carcinoma de células escamosas (puede surgir en la parte superior de la nariz, frente, labio inferior y manos o en áreas que se han quemado); y melanoma, el más agresivo, fácil de identificar por su aspecto negruzco.

 

¿Cómo distinguir un melanoma? En general, se caracteriza por sus bordes irregulares y sus diferentes colores, y porque su crecimiento es progresivo

 

¿Manchas o melanoma?

¿Cómo distinguir un melanoma? En general, se caracteriza por sus bordes irregulares y sus diferentes colores, y porque su crecimiento es progresivo. A menudo surge como una mancha nueva no asociada a anteriores lunares y localizarse, sobre todo, en el tronco (en mujeres, a veces también en las piernas).

Hay factores que incrementan el riesgo de desarrollar la enfermedad: tener la piel blanca y haber pasado mucho tiempo expuesto a los rayos; quemarse con facilidad y tener antecedentes de quemaduras solares en la infancia; estar muchas horas al sol (por ocio o trabajo) o exponerse de forma intensa en cortos periodos de tiempo (como las vacaciones); utilizar cabinas de bronceado; tener más de 50 lunares; contar con antecedentes familiares de cáncer de piel; ser mayor de 50 años; o haber sufrido un trasplante. No obstante, no tener estos factores no excluye a nadie.

tomar el sol
 

 

Autoexploración de la piel en busca de melanomas

La campaña Euromelanoma recomienda revisar la piel, al menos, una vez al mes, y prestar especial atención a las manchas que han cambiado de color o forma, resultan diferentes del resto, son asimétricas, tienen un tacto áspero, son de varios colores, miden más de 5 mm, pican, sangran, tienen una superficie brillante o parecen una herida que no cicatriza. Hay una regla nemotécnica que puede ayudar a recordar: el ABCDE de la detección del melanoma indica Asimetría, Bordes irregulares, Color, Diámetro superior a 6 mm y Evolución de la lesión a lo largo del tiempo.

Para valorar la presencia de manchas sospechosas, los expertos recomiendan tener a mano una luz brillante, un espejo de cuerpo entero y uno de mano, dos sillas, un secador de pelo, mapas del cuerpo y un lápiz o una cámara digital.

En primer lugar, hay que examinar la cara, sobre todo, la nariz, los labios, la boca y los oídos. En este caso, los espejos pueden clarificar la visión. Es importante inspeccionar el cuero cabelludo con la ayuda de otra persona o con un secador de pelo y un espejo. Después analizar las manos: palmas, dorso, entre los dedos y por debajo de las uñas. Y seguir con los antebrazos, para explorar los codos y el resto de los brazos.

Se debería continuar por el cuello y el pecho, sin olvidarse la zona inferior. Después, con la espalda frente a un espejo de cuerpo entero, es conveniente inspeccionar la parte posterior del cuello, hombros y espalda, sin olvidar la región los glúteos y la parte posterior de ambas piernas. Luego, hay que seguir la valoración por los genitales, con el espejo de mano y sentado en una silla, y, después, ambas piernas por completo: muslos, tobillos, la parte superior de los pies, entre los dedos y bajo las uñas. Por último, se deben examinar las plantas de los pies y los talones; es una región muy poco accesible y, en ocasiones, los melanomas ahí pasan desapercibidos.