Las semillas son un tipo de alimento que cada vez está más integrado en nuestra sociedad por sus valores nutricionales. Una dieta sana y variada implica experimentar en la cocina y con distintos ingredientes. Descubrir nuevos sabores y utilizar productos alimenticios hasta ahora desconocidos nos permite aportar al organismo una serie de valiosos principios activos tremendamente positivos. Hemos querido responder a la pregunta: ¿qué elegir: semillas de chía o linaza?

Nuevos alimentos en nuestros platos

La linaza y sus propiedades

Semillas de lino: es posible que hayas oído hablar de sus propiedades beneficiosas. Las semillas de lino son una rica fuente de valiosos ácidos grasos omega-3, cuyo mayor contenido se encuentra en el aceite de linaza crudo y prensado en frío. Se sabe que las grasas poliinsaturadas proporcionan un apoyo sustancial al estado y funcionamiento del sistema cardiovascular, así como al cerebro y a nuestro sistema nervioso.

La linaza contiene muchos lignanos, que están clasificados como fitoestrógenos. Su presencia determina las fuertes propiedades antiinflamatorias de las semillas de lino. Además, los lignanos permiten enfatizar el efecto antiinflamatorio de los ácidos omega-3 mencionados anteriormente.

chia

Chía y Lino en semillas

Un rasgo característico de las semillas de lino son los mucílagos, que se forman durante la preparación de una infusión de semillas de lino común. Su acción es muy valiosa para el sistema digestivo. La toma de la infusión de semillas de lino aumenta la protección del esófago, el estómago y el duodeno, ya que los mencionados mucílagos provocan una fuerte reducción de las reacciones inflamatorias activas. Por ello, los nutricionistas recomiendan la linaza a las personas que luchan contra el problema de la úlcera péptica. 

Las semillas de chía y sus propiedades

Al igual que la linaza, las semillas de chía son una planta oleaginosa con un alto contenido en valiosos ácidos grasos omega-3. Sin embargo, la chía tiene una mayor cantidad de fibra que la linaza, lo que determina su mayor eficacia para prolongar la sensación de saciedad y reducir el exceso de apetito. Otra similitud entre la chía y la linaza es la presencia de elementos valiosos como el zinc, el magnesio y el potasio, que son sumamente importantes para el buen funcionamiento del metabolismo. Todo ventajas.

¿Y las diferencias? Pues bien, las semillas de chía son, en primer lugar, una fuente abundante de calcio, ya que en 100 g hay más de 630 mg de este elemento. El calcio es necesario para mantener la salud de los huesos y el buen funcionamiento de los músculos, y su carencia puede provocar el deterioro de estas dos estructuras. Además, la chía tiene propiedades hidrofílicas, es decir, la capacidad de absorber grandes cantidades de agua y ralentizar la absorción de carbohidratos. Este es un dato valioso para las personas con diabetes o problemas de glicemia. Por tanto, los diabéticos pueden utilizar la chía para controlar los niveles de azúcar y limitar los picos de azúcar excesivos.

¿Y tú, con cuál te quedas?