Los sesamoideos son dos huesos de tamaño reducido y ovalados situados bajo la cabeza del primer metatarsiano, recubiertos por la cápsula articular y por tres tendones: el flexor corto del primer dedo, el abductor y aductor del primer dedo. Se diferencian entre sesamoideo medial y lateral, siendo el lateral de menor tamaño.
Pese a ser dos huesos pequeños y aparentemente sin mucha importancia, tienen varias funciones:
- Actúan como una polea que potencia la acción muscular del flexor corto del primer dedo, ya que este se inserta cerca de los sesamoideos.
- Dan estabilidad al primer dedo durante la marcha, más concretamente durante la fase propulsión.
- Funcionan como amortiguadores, reduciendo la presión que recibe el primer metatarsiano contra el suelo.
Dos huesos importantes para nuestra estabilidad
La sesamoiditis consiste en la inflamación del cartílago articular que recubre a los sesamoideos, generando dolor bajo la cabeza del primer metatarsiano a la palpación, al caminar o al realizar deporte. Pese a ser un proceso inflamatorio, no siempre son visibles signos de inflamación, y en ocasiones puede ir acompañado de un hematoma.
Normalmente se produce por una excesiva presión de los sesamoideos contra el suelo, un traumatismo agudo, o incluso cuando el propio tendón del flexor corto del primer dedo ejerce mucha tensión sobre ellos, lo cual provoca la irritación de los mismos.
Sesamoiditis, un problema en nuestros pies
Por este motivo la sesamoiditis es habitual en personas que realizan actividades de alto impacto contra el suelo: baloncesto, atletismo, ballet, futbol (botas con tacos), tenis…
Es también una patología común en corredores que usan calzado minimalista, ya que con este tipo de calzado el impacto que recibe el pie contra el suelo es mayor. A demás el uso de un tacón excesivamente elevado durante el día a día es también un factor de riesgo.
¿Qué tratamiento podemos seguir?
El tratamiento de la sesamoiditis está enfocado a reducir la inflamación, disminuir la presión de los sesamoideos contra el suelo y prevenir futuras lesiones.
- Reposo relativo y cese de la actividad física si se practica.
- Aplicación de frío bajo el primer dedo como medida antiinflamatoria.
- Previo estudio biomecánico de la marcha: ortesis plantar (plantilla) o pieza de descarga selectiva bajo la cabeza del primer metatarsiano y control de otros aspectos biomecánicos si fuesen necesarios.
- Infiltraciones locales.
- En casos en los que el tratamiento conservador no sea efectivo y los síntomas se prolonguen en el tiempo puede ser necesaria la intervención quirúrgica, llevando a cabo la extracción del sesamoideo afectado.
Como medidas preventivas destacamos que la vuelta a la actividad deportiva debe ser progresiva, disminuir la altura del tacón si se usa, seguir las pautas de tratamiento y acudir a consulta si los síntomas vuelen a aparecer.