Saber cuándo estás demasiado cansado no es demasiado difícil. Probablemente te sientas lento, débil e improductivo. Tus ojeras son más pronunciadas y tus antojos a la hora de comer, más fuertes que nunca. Estas características se atribuyen con frecuencia a la falta de sueño, una condición que ocurre cuando no duermes lo suficiente, pero no son los únicos indicadores de que algo está pasando. Por eso vamos a ver diferentes signos de que tenemos falta de sueño.
- Siempre tienes hambre
Si el cerebro no obtiene la energía que necesita del sueño, a menudo intentará obtenerla de los alimentos. Quedarse sin descanso puede aumentar la producción de grelina, también conocida como la hormona del hambre, en el intestino. Demasiada grelina hace que tu cuerpo tenga antojos de alimentos grasos y azucarados.
Además, dormir mal también puede interferir en la leptina, la hormona de la saciedad. Cuando no estás durmiendo adecuadamente, tiendes a comer más de lo que anhelas porque no sientes las señales para dejar de comer.
- Has subido de peso
Con un aumento del apetito viene otro síntoma de la falta de sueño: el aumento de peso. Cuando estás cansado, no te fijas en lo que comes. Simplemente, buscas cualquier cosa que te ayude a sentirte más despierto. Con la grelina y la leptina fuera de control, tu cuerpo deseará alimentos fritos y dulces para pasar el día. La falta de sueño también puede tener efectos directos en tu metabolismo, ya que tiende a disminuir su velocidad.
- Te vuelves más impulsivo
Las personas tienden a actuar sin pensar cuando están exhaustas. Tu capacidad de negar otra chocolatina disminuye. Esto no solo se aplica a comer más; también puedes encontrarte diciendo cosas que quizá no sientas, como arremeter contra tu pareja o contra un compañero de trabajo. Lo principal es que estás menos inhibido.
- Tu memoria se resiente
La privación del sueño tiene un impacto negativo en la función de la memoria. Específicamente, estar demasiado cansado impide que se produzca la síntesis de proteínas en la sección del hipocampo del cerebro, que controla la memoria, el aprendizaje y las emociones. La falta de sueño induce estrés oxidativo, lo que perjudica aún más los procesos de aprendizaje y memoria.
- Tienes problemas para tomar decisiones
Si te cuesta más de lo normal administrar proyectos en el trabajo y en casa, la falta de sueño podría ser la culpable. La privación del sueño puede afectar la velocidad y el procesamiento cognitivo de alto nivel. Eso significa que las funciones esenciales, como la resolución de problemas o la gestión del tiempo, se vuelven aún más difíciles de llevar a cabo.
- Tus habilidades motoras se apagan
Tropezar con un escalón puede convertirte en un torpe, pero si te ocurre varias veces al día, podría significar que estás demasiado cansado para concentrarte realmente en tu caminar.
- Tus emociones están fuera de control
Te vuelves hiperreactivo a los estímulos emocionales y las cosas que normalmente no te han alterado en el pasado pueden provocarte ansiedad, tristeza o enfado. La falta de sueño adecuado no solo te vuelve más emocional, sino que te vuelve temporalmente menos inteligente en lo emocional y disminuye tus habilidades de pensamiento constructivo. Esto significa que eres menos capaz de expresar, controlar o incluso ser consciente de tus emociones.
- Enfermas a menudo
Otro problema que puedes sufrir con la falta de sueño es el que afecta a tu sistema inmunológico. Si no estás durmiendo adecuadamente, puedes tener problemas importantes en cuanto a la capacidad de tu cuerpo para combatir las infecciones. Por ejemplo, es posible que te resulte más difícil librarte de un resfriado.
- Problemas de visión
Cuando estás fatigado, no puedes controlar los músculos del ojo. La privación del sueño cansa el músculo ciliar, lo que hace que los ojos no enfoquen y te resulte más difícil leer de cerca.
La falta de sueño también puede llevar a una visión doble, una cuestión que deja de ocurrir en cuanto se recupera adecuadamente el descanso.